Felicity Huffman, de 56 años, fue liberada este viernes de la Institución Federal de Corrección de Dublín, en California, donde cumplía una sentencia de 14 días de prisión por su participación en el escándalo del fraude millonario con exámenes universitarios que involucra también a otras estrellas de Hollywood. La actriz salió de la cárcel tres días antes de completar la sentencia.
La fecha de su liberación estaba programada para el 27 de octubre. Sin embargo, Huffman encontró una manera de cumplir menos días en prisión. La actriz informó un domingo de su condena de dos semanas, pero de acuerdo a las normas de la Oficina Federal de Prisiones, “se puede liberar a un recluso cuya fecha de liberación es un sábado, domingo o feriado legal, el último día de la semana anterior; a menos que sea necesario detener al recluso para otra jurisdicción."
Es decir, si la fecha para liberar a un recluso está programada para un sábado o domingo, o el día se atraviesa en días feriados, se puede adelantar su fecha de liberación al viernes previo.
La pronta liberación se produce al poco tiempo de una audiencia de sentencia que enfatizó la disparidad entre el encarcelamiento de delincuentes blancos y no blancos en Estados Unidos. El fiscal federal, Eric Rosen presentó hace unas semanas varios casos en los que los estadounidenses de clase baja que cometieron delitos similares a Huffman, y por razones mucho más altruistas, fueron enviados a prisión por un periodo de tiempo más extenso. “Las personas ricas a las que se les saca una foto se bajan, los pobres que obtienen poco más que un comunicado de prensa van a la cárcel”, declaró Rosen.
Después de su liberación, Felicity Huffman debe pasar un año en libertad condicional, pagar una multa de 30.000 dólares y realizar 250 horas de servicio comunitario. Fue acusada de pagar 15.000 dólares para que un supervisor falsificará la prueba de aptitud de su hija mayor y así garantizar su ingreso a la universidad.
En la polémica que provocó el caso de la actriz y del castigo que la juez Talwani le otorgó, varios fiscales de Estados Unidos hicieron algunas referencias a que el castigo para Huffman no era suficiente, pues la libertad condicional en su complejo de California sería más como unas vacaciones. “Ni la libertad condicional ni el confinamiento en el hogar (en una casa grande en Hollywood Hills con una piscina infinita) constituirían un castigo significativo o disuadirían a otros de cometer delitos similares”, es lo que se puede leer en una presentación judicial que se presentó la semana pasada.
Respecto a toda la polémica, Huffman declaró antes de entrar a la correccional que: “En mi pánico ciego, hice exactamente lo que estaba desesperada por evitar. He comprometido la cultura de mi hija, la integridad de mi familia y mi propia integridad”. Además, explicó, que su hija mayor se sintió muy decepcionada con la decisión que tomó, pues no confió en ella, en sus conocimientos y en que podía lograr entrar a la universidad sin ayuda.
Este aparente remordimiento de parte de su hija se notó cuando su esposo William Macy y su hija menor la visitaron la semana pasada, pero su primogénita decidió no unirse.
Huffman comenzó su condena de 14 días el 15 de octubre en la Institución Correccional Federal de Dublín, en San Francisco, una prisión de baja seguridad con aproximadamente 1.200 reclusas.
El encarcelamiento de la actriz forma parte de la investigación del FBI denominada “Operation Varsity Blues”, que se inició a raíz de que un agente descubrió que padres adinerados le habían pagado al consultor Rick Singer para que aumentara los porcentajes en los exámenes de sus hijos con el objetivo de llevarlos a universidades de élite. Algunas de las universidades involucradas en el caso son Yale, Georgetown, Stanford y la Universidad del Sur de California.
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