A falta de un día para su estreno en cines, “Joker” ya ha sido calificada como “una obra maestra”, “excepcional” y “poderosa”. Pero lograr los aplausos de críticos rigurosos y eclipsar a los integrantes del jurado del Festival de Venecia no fue tarea sencilla. Hubo obstáculos y problemas que sortear y superar, y entre ellos quizás el más incómodo fue la hostilidad que existía entre los dos actores principales, Joaquin Phoenix y Robert de Niro.
Según reveló en una entrevista con Vanity Fair el director de la película, Todd Phillips, los problemas entre el protagonista y la estrella de Taxi Driver comenzaron poco antes del rodaje. De Niro, de 76 años, quería reunir a todo el reparto para ensayar el guion en una mesa de lectura, algo a lo que se oponía frontalmente Phoenix.
“Bob [De Niro] me llamó y me dijo, 'Dile a Phoenix que él es actor, y que tiene que estar ahí. Quiero escuchar toda la película, y todos vamos a entrar a una sala y la vamos a leer”, contó el director.
El famoso que da vida al Joker, en cambio, se negaba a ceder a la presión de su compañero. Según explicó Vanity Fair, Joaquin Phoenix prefiere “dejar que las cosas sucedan” durante la grabación, y evitar los ensayos previos con el resto del elenco. Ya en producciones anteriores se había negado a este tipo de prácticas, que se alejan mucho de su forma habitual de trabajar y de su método de actuación.
“Yo estaba en una posición muy difícil porque Joaquín me decía ‘No voy a hacer una **** lectura, de ninguna manera’, y Bob respondía ”Yo hago lecturas antes de empezar a grabar. Eso es lo que hacemos [los actores]", recordó Phillips en la entrevista.
Al final, De Niro ganó la pelea.
Consiguió que Phoenix se presentara en su oficina de Manhattan con el resto del reparto para repasar el guion. Sin embargo, la incomodidad del actor de Gladiator resultó tan evidente ese día que De Niro decidió llevárselo a un lugar apartado del edificio para charlar con él.
Según relató el director, los dos hablaron de “los problemas menores” que habían surgido entre ellos, y arreglaron sus diferencias. Al terminar la conversación, la estrella de Cabo de miedo un beso en la mejilla al protagonista de Joker e intentó tranquilizarle: “Todo va a salir bien querido”, le dijo.
Pero a pesar de aquel acercamiento, el rodaje arrancó y la relación de los dos actores continuó siendo distante.
“El primer día [de rodaje] nos dimos los buenos días y más allá de eso, no recuerdo si hablamos más. No me gustaba hablar con él en el set”, contó Joaquin Phoenix a Vanity Fair.
“No había necesidad de hablar de nada”, comentó al respecto Robert De Niro. “Simplemente dijimos, ‘Vamos a hacer el trabajo. Que los personajes se relacionen entre sí’. Esto lo hizo más simple y no hablamos. No había razón para hacerlo”.
A pesar de sus diferencias, los dos aseguraron que no existe enemistad ni acritud entre ellos. Joaquin Phoenix defendió que De Niro es su actor estadounidense favorito, y dijo incluso que se inspiró en algunas de sus películas de los 70 para dar vida a la nueva versión del Joker, entre ellas, Taxi Driver.