La despedida definitiva que se le dio a Celso Piña en su natal Monterrey fue una fiesta llena de música y baile, tal como a él le hubiera gustado, afirmó el sábado el hermano del acordeonista, Enrique a la agencia Efe.
El último adiós al cantante comenzó con el traslado de su féretro de la funeraria Gayosso Capillas Marianas al mediodía a la Basílica de Guadalupe de Monterrey, la iglesia católica más importante para los habitantes de la capital de Nuevo León, donde se celebró una misa de cuerpo presente que el Obispo de la ciudad, Heriberto Cavazos, ofició.
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El féretro fue custodiado por elementos de la Policía Estatal y de Protección Civil de Nuevo León, quienes ayudaron a hacer una brecha entre los presentes para colocarlo dentro de la basílica, en donde fue abierto.
El cuerpo del fallecido compositor conservaba su característica barba blanca, y le colocaron una guayabera del mismo color así como un reloj dorado.
"Ahorita, el dolor que tenemos todos, también me da gusto porque aparte del dolor hay alegría, celebra la gente su música. Celso es lo que siempre quería. Que no se aplatanaran (entristecerse) la gente, que siempre hubiera alegría, música y todo eso está ahora presente", aseguró Enrique al salir de la misa.
En el exterior de la Basílica estaba montado un toldo que La Tuna Récords, la casa productora que representaba al músico, había montado.
Una vez terminada la ceremonia el grupo que encabezó, La Ronda Bogotá, interpretó las canciones más famosas del compositor, que acompañadas con gritos de "¡Arriba Celso!" , coreaban y aplaudían sus seguidores, quienes transformaron el recinto sagrado en una pista de baile.
El recorrido del féretro siguió por la Colonia Independencia, el barrio al que el músico se sentía muy unido y donde los pobladores salieron a dar un vistazo y despedirse. Terminó en el Cerro de la Campana, en donde la familia del músico vivió por 50 años, y más gente se unió para bailar y cantar al ritmo de su música.
El Cerro de la Campana fue una zona que influyó mucho en la carrera de Piña, pues fue ahí donde conoció la cumbia y los sonideros a principios de los años setentas.
El "rebelde del acordeón" falleció el pasado 21 de agosto en Monterrey, Nuevo León, a los 66 años. Fue sometido a una cirugía de la que presuntamente había salido bien. Pero al rededor de las 12:00 horas, comenzó con complicaciones y fue ingresado nuevamente a quirófano para una nueva operación, donde le dio un ataque al corazón.
Aún hay más música con la cual experimentar
Alejandro Zea, manager del músico, informó que Celso Piña dejó grabado material inédito.
"Celso era una persona que normalmente estaba en el estudio de grabación", dijo Zea al semanario Proceso. Y el director de La Tuna Group, Adán Pérez, aseguró que con este nuevo proyecto iba a cerrar su carrera, y con el que buscaban hacer una despedida.
Al músico le sobreviven su esposa Juany Ortiz y su hija Cecilia Piña. Su obra estaba inspirada en el sonido del vallenato, originaria de Colombia. Hizo varias colaboraciones con artistas como Rubén Albarrán, de Café Tacvba, Gloria Trevi, Julieta Venegas y Lupe Esparza.