El reconocido actor y director filipino Eddie García murió este jueves en Manila a las 4:55 p.m. después de sufrir una fractura en el cuello. La noticia fue confirmada por el Centro Médico Makati, donde estaba internado en estado crítico desde hacía 12 días.
El artista tenía 90 años y seguía en plena actividad. De hecho, fue hospitalizado tras sufrir un accidente de trabajo. Mientras filmaba una serie de televisión para la cadena GMA tropezó y cayó al piso de muy mala manera.
Los médicos informaron que sufrió una fractura cervical severa y que sus perspectivas de recuperación eran prácticamente nulas. Sus familiares había pedido que no le realizaran maniobras para resucitarlo, según informa la cadena filipina ABS-CBN.
García participó en más de 600 películas. La mayoría como actor, pero muchas como director y productor. En sus casi 70 años de trayectoria, logró cautivar al público, recibir múltiples condecoraciones y llegar a ser considerado una de las máximas figuras del cine filipino.
Escena de Eddie García en la película "Sanggano't 'sanggago", estrenada en 2001
Pocos días antes de morir, había recibido el premio Gawad Urian al mejor actor por su papel en la película ML. En ella interpretaba a un militar desquiciado, que torturaba a estudiantes.
Su verdadero nombre era Eduardo Verchez García. Nació el 2 de mayo de 1929 en la ciudad de Juban, provincia de Sorsogon. Nada hacía pensar que podía terminar convirtiéndose en una estrella del cine, ni siquiera en un artista.
Tras la Segunda Guerra Mundial, trabajó como policía militar en Okinawa, Japón, y luego formó parte de las tropas de ocupación estadounidenses. Pretendía seguir su carrera militar, pero una serie de circunstancias hicieron que cambiara de rumbo.
El director Manuel Conde estaba filmando en ese momento Siete Infantes de Lara, una película de espadachines, y alguien le sugirió que se presenten al casting. Quedó entre los elegidos más por su porte y su ductilidad con la espada que por su talento dramático.
Así comenzó su carrera. Al principio, Garcia se destacó como villano en distintas películas. Hizo de ladrón, de asesino, de violador y hasta de torturador, que fue su último papel.
Alguna vez contó que le resultaba un poco reconfortante ser odiado por el público, porque significaba que había hecho bien su papel. De todos modos, con el correr del tiempo empezó a caracterizar otro tipo de personajes y a dirigir, y cambió el odio por la admiración.
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