Este 13 de mayo, 2019 es inevitable (obligatorio, se diría), unir una risa franca y cristalina con una furtiva lágrima.
Porque hoy ha muerto Doris Day.
La vida le concedió 97 años sobre la tierra.
De ellos, las tres últimas décadas fueron oscuras. Tristes…
Pero sus casi cuarenta películas –cinco nominaciones al Globo de Oro y una al Oscar– y sus treinta álbumes grabados desde 1949, más su refulgente pelo rubio, sus ojos azules y su dominio de todas las teclas de la Edad de Oro de la comedia Made in USA (un código hoy en sorprendente decadencia), la elevaron a la categoría de ídolo inolvidable…
Nieta de alemanes y nacida en Cincinnati, Ohio, el 3 de abril de 1922, como Doris Mary Ann Kappelhoff, entró como una tromba en la radio de la década del 40 como cantante de jazz y pop tradicional, a pesar de competidoras de la talla de Dinah Shore, ¡Billie Holiday! y Sarah Vaughan: una pierna de ases difícil de batir…
En cine la dirigieron grandes nombres. Y dos, de altísima perfomance: Michael Curtiz (el de Casablanca…) y Alfred Hitchcock.
¿Partners? Los máximos: Frank Sinatra, James Stewart, Clark Gable, James Cagney, Cary Grant, David Niven… Pero ninguno como Rock Hudson (1925-1985). Acaso no un gran-gran actor, pero hecho a medida para la rubia Miss Simpatía.
No filmaron una saga: les bastaron tres películas –y un brillante actor-soporte como Tony Randall– para dejar vacía la taquilla: localidades agotadas…
La primera, de 1959, Confidencias de Medianoche, del sello Universal. La segunda, 1961, Pijama para Dos, y la última, 1964, No me Manden Flores.
Argumentos simples y previsibles, pero escritos por maestros del guión, repetían un código: dos que empezaban detestándose… para terminar en el consabido beso final.
Tregua de una hora y media en la oscuridad, a veces con el cielo a la vista en salas de techo corredizo, que aventaba los fantasmas y las penas cotidianas…
De aquel tiempo tan lejano, no hubo pareja igual, ni antídoto más eficaz.
Pero la vida privada de Doris Day no tuvo una Doris Day que la hiciera olvidar. Cuatro matrimonios entre 1941 y 2004, un hijo (Terry Melcher, de su tercera pareja, Martin Melcher), y la quiebra, la ruina, después de acumular una fortuna.
Muerto Martin, Doris –poco perspicaz– descubrió que éste le había gastado hasta el último dólar.
Por fortuna y justicia, llevó a juicio a Jerry Rosenthal, socio del gran estafador, y recuperó 20 millones de dólares.
Además, condujo desde 1968 hasta 1973 su propia sitcom: The Doris Day Show, que tenía como cortina musical el tema Qué será, será: curiosamente, el único que cantó en castellano, y acaso el más recordado. Porque lo desgranó, a toda voz, en el final de la película El Hombre que Sabía Demasiado, dirigida por Alfred Hitchcock.
Doris Day canta "Qué será, será" en la película de Alfred Hitchcock "El hombre que sabía demasiado"
En 1985, otro mandoble del destino. Devastado por el sida, el gigantón Rock Hudson murió poco después de confesar públicamente que había contraído el entonces irremediablemente fatal HIV.
Aun en el ocaso, el nombre "Doris Day" no se apagó. Se menciona en el tema Let it Be, de Los Beatles, en una canción del musical Grease, en la película La Chica del Tanque (1995), y por Julia Roberts en Pretty Woman… y en un ácido chiste de Groucho Marx:
–Soy tan viejo, que recuerdo a Doris Day cuando era virgen…
Doris Day canta "Bewitched, Bothered and Bewildered" de Richard Rodgers y Lorenz Hart
En 2004 le otorgaron la Medalla Presidencial de la Libertad por su cruzada en defensa de los animales en peligro de extinción (fundó la Doris Day Animal League), pero no fue a recibirla por su terror a volar. La misma fobia que le impidió rechazar, en el mismo año, el Oscar Honorífico a la Trayectoria, a pesar de la módica distancia que hay entre Washington y Los Ángeles respecto de su residencia en Carmel (California).
En 1981, la directora de cine española Pilar Miró filmó, como homenaje a su ídolo, Gary Cooper que estás en los Cielos.
Un lugar, los Cielos, que no son ajenos a Doris Day…
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