Fue uno de los galanes de la Época de Oro del cine mexicano, pero un terrible accidente aéreo acabó con su vida. Los restos de Pedro Infante no pudieron ser vistos por el público. Había quedado desfigurado.
La tragedia que arrebató a la gente a su ídolo ocurrió el 15 de abril de 1957. En la cúspide de su carrera, Infante abordó en el aeropuerto de Mérida un avión carguero.
Víctor Manuel Vidal Lorca era el piloto. El actor viajaba como copiloto y Marciano Bautista era el mecánico.
Infante, un aficionado de la aviación con casi tres mil horas de vuelo, ya había tenido dos accidentes. Uno en Guasave, cuando chocó contra un campo de maíz. Ese incidente le dejó una cicatriz en la barbilla.
El otro aviso llegó en Michoacán, cuando su nave se desplomó y a raíz del suceso le tuvieron que colocar una placa de titanio en el cráneo.
La pasión de Infante por los aviones no terminó ahí. El 15 de abril de 1957 subió a un Consolidated B-24 Liberator, matrícula XA KUN.
Apenas habían pasado unos minutos del despegue (entre las 7:30 y las 8 horas). La nave había alcanzado ya los 20 metros de altura cuando se desplomó en el patio de una casa en Mérida. Una mujer que lavaba ropa y su hijo fueron otras víctimas de la tragedia.
Fue solo el inicio de una larga jornada de dolor para los seguidores de Infante. En su sepelio hubo desmayos, golpes, crisis nerviosas. Varias ambulancias tuvieron que ser enviadas al Panteón Jardín, donde miles se reunieron para despedir a su ídolo.
Era el hombre que conmovió con su interpretación de "Pepe el Toro" en Nosotros los Pobres, el mismo que hizo reír en Dos Tipos de Cuidado o A Toda Máquina. El actor que interpretó al indio Tizoc, enamorado de María Félix.
El mismo Pedro Infante nacido en Sinaloa el 18 de noviembre de 1917, que ya desde joven mostró su talento para la música y que veía al cine como algo de respeto.
"Yo nunca me veré en películas. Eso queda para los bonitos, para los elegantes y ricos, para los guapos y famosos, no para mí, que soy un pobre diablo, un cancionerito gacho… para mí eso del cine es como un cuento de hadas, como visitar el país de las maravillas o el mismo cielo", decía Infante según recordó su amigo Carlos Franco Sodja en una entrevista de los años 50.
La vida no fue como él la imaginaba. Infante tocó el cielo en el cine, filmó más de 60 películas en casi dos décadas y se convirtió en una leyenda que aún hoy, a más de 60 años de su muerte, sigue siendo recordada.