Su primer visitante famoso Robert Gordon Wasson, quien en 1955 era vice presidente de JP Morgan. Fuera de las obligaciones financieras tenía una afición extraña por el estudio de los hongos. El banquero había escuchado hablar de una curandera y guía espiritual de la etnia mazateca de Oaxaca. La curiosidad por conocerla lo llevó a México.
La técnica de sanación de María Sabina tenía algo peculiar: usaba hongos alucinógenos para ayudar a las personas que la visitaban. Su trabajo consistía en guiarlos durante el trance en el que entraban luego de consumir hongos.
Wasson y el fotógrafo Allan Richardson decidieron viajar a México después de leer un artículo de Robert Graves en el periódico Ciba en Nueva York sobre el tema del uso de los hongos en el país.
Después de experimentar un ritual con la chamana, Gordon publicó un artículo en la revista Life en el que narraba sus experiencias con los hongos. Bajo el título "En las sierras de México, un banquero neoyorquino participa en antiguos ritos practicados por indios que acostumbran a masticar raros hongos alucinantes".
"Jamás habíamos estado tan despiertos, y las visiones aparecían, tuviéramos los ojos cerrados o abiertos: brotaban del centro del campo visual y se extendían conforme se acercaban, vertiginosa o pausadamente, según el ritmo que nuestra voluntad eligiera", escribió el banquero.
Describió que las visiones que experimentaban bajo el influjo de los hongos siempre eran de colores vivos, recordó que en algunas ocasiones pudo apreciar una bestia mitológica tirando un carruaje.
"Más tarde tuve la impresión de que las paredes se habían disuelto y yo, suspendido en el vacío y con el espíritu ya liberado, contemplaba panoramas montañosos, cordilleras escalonadas que llegaban hasta el mismo cielo y por las cuales cruzaban unas caravanas de camellos", expresó.
Durante al menos tres días, en compañía de su esposa, su hija y el fotógrafo experimentó las ceremonias de María Sabina, quien para dirigir el viaje cantaba y movía los brazos.
"El efecto que produjeron no pudo ser sino profundo y actuar como una especie de detonador de nuevas ideas. Debieron de revelarle, por medio de las alucinaciones, mundos situados más allá de los horizontes por él conocidos, en el espacio y el tiempo; mundos de diversos niveles de existencia, un paraíso quizás, tal vez hasta un infierno. En la mente crédula del ser primitivo, los hongos deben haber fortalecido el concepto de lo milagroso", agregó el banquero en su artículo en referencia a otra persona que había estado presente en la ceremonia.
A partir de la publicación del artículo y con la llegada del movimiento hippie, María Sabina se convirtió en un personaje popular entre ídolos de la década de los sesenta y setenta que viajaban hasta la sierra de Oaxaca para experimentar el transe con los "hongos milagrosos", como los llamó Wasson.
El encuentro con Lennon
La mujer hablaba solamente su lengua, lo que no le impidió comunicarse con personalidades como Walt Disney –que presuntamente durante un trance logró imaginar el mundo de fantasía que convirtió en negocio-, Aldous Huxley y Tim Leary.
También existen historias acerca de Bob Dylan, Jim Morrison y Peter Townshend, entre otros, que también habrían visitado a la sanadora indígena.
Pero de estas celebridades hay una historia que llama particularmente la atención: la presunta visita de John Lennon, de The Beatles.
El libro "The Beauty of the Primitive: Shamanism and Western Imagination", de 2007, escrito por Andrei A. Znamenski, señala que Sabina describió al autor que una ocasión que la visitaron dos turistas: un señor rubio y una mujer con aspecto oriental, quienes le pidieron un viaje con hongos.
Después de algunas horas en trance, el hombre le habría dicho en español: "Gracias, he visto mi muerte" y después le dejó una nota con unos dólares. La nota decía "John Lennon".
Otra historia es la contada por Álvaro Estrada en su libro "Vida de María Sabina", quien señala en una parte que en "el verano de 1969 hubo fuertes rumores sobre la llegada de un avión Cessna en el que habrían aterrizado Carlos Ávila Camacho, John Lennon y George Harrison y una antropóloga llamada Brenda. Supuestamente se hospedaron en la Posada Rosada, fumaron marihuana y salieron a buscar a María Sabina. Ella no quiso desvelarse con ellos porque se encontraba agotada y los citó a la noche siguiente. Como las estrellas no quisieron esperar, fueron a dar con otra chamana, Josefina Terán, quien les organizó un 'viaje' a cambio de unos pesos. Se supone también que en el transcurso de la misma, John Lennon se malviajó (tuvo una mala experiencia) y salió de la choza gritando: No permitiré que me maten."
Lennon fue asesinado de cinco disparos el 8 de diciembre de 1980 por Mark David Chapman en la entrada del Edificio Dakota, en Nueva York.
María Sabina murió en 1985 a los 91 años.