Rubén Albarrán quería que el público conectara con sus recuerdos "a buscar cosas" y, sin duda, las más de 2.000 personas en la Sala Nezahualcóyotl de la UNAM encontraron en la banda sonora de su vida varios temas de Café Tacvba, que anoche sonaron a nuevo gracias al MTV Unplugged.
Café Tacvba se convirtió en la primera banda latinoamericana en grabar dos MTV Unplugged. El primero se realizó a finales de septiembre de 1995. La agrupación tenía apenas dos discos en el mercado y, como el mismo Albarrán dijo anoche, antes de interpretar Las Batallas, su idea era "regresar a nuestro primer disco, cuando teníamos esta bellísima ingenuidad".
Fue una noche con pasado, pero también con mucho presente. La misma banda, las mismas canciones que han sonado desde hace décadas, pero un público cada vez más amplio, que abarca generaciones que parecerían tener poco en común: el adulto que se hizo fan de Café Tacvba a principios de los años 90, o bien, el adolescente que se sabe completo Jei Beibi.
El Unplugged sirvió también para celebrar los 30 años de la banda originaria de Satélite, que parecerían haber ocurrido en un parpadeo para quienes recordaron sus inicios.
Porque 30 años después el mundo es distinto, pero ahí están los recuerdos, para sentir que sigue siendo el mismo.
No faltó en la noche Gustavo Santaolalla, a quien Albarrán definió no como un invitado, sino como una persona que forma parte de su familia. Fue el músico argentino quien produjo Re, uno de los discos más celebrados de la banda mexicana y también estuvo en su anterior Unplugged.
Tampoco faltaron los temas clásicos como Chilanga banda o Muerte Chiquita, el momento romántico de Meme cantando Eres o el regreso a sus orígenes con Rarotonga, aunque sí con un toque distinto gracias a los sonidos de la marimba, la orquesta sinfónica, la orquesta oaxaqueña, el arpa y hasta la característica melodía del organillo.
Para algunos esas canciones forman parte de su historia personal, no por nada Café Tacvba es una de las bandas más populares de México. Quizás para otros esos temas les traían recuerdos de su niñez, porque como mencionó Albarrán, "la infancia es ese cofre de tesoros a donde podemos ir a recoger algunos cuando estamos tristes".
La noche no tuvo tristeza, pero sí nostalgia. Albarrán, Meme, Joselo y Quique Rangel brindaron a su público esos recuerdos a los que, como dijo Rubén, podemos acudir para rescatarnos. Pero también ofrecieron mucha diversión, baile y varios mensajes.
"Deseando que podamos arreglar nuestro mundo, que está tan chueco, tan absurdo", dijo el vocalista de la banda en un momento del show, en el que también realizó una pequeña ceremonia e hizo un llamado para cuidar los recursos naturales.
David Byrne bailó junto a Rubén y cantó El Outsider; Catalina García -vocalista de Monsieur Periné- fue la invitada para el tema Enamorada y el talento de Santaolalla se escuchó en Olita del Altamar y Cantito.
Cerraron con Volver a comenzar, algo que ha sido una constante en la banda: empezar otra vez y reinventarse. Fueron 17 temas, casi tres horas de grabación, pero los recuerdos fueron innumerables entre los testigos de una noche histórica para el rock mexicano.