Meghan Markle llegó en un jet privado a Londres este jueves por la mañana después de un exorbitante viaje de cinco días de medio millón de dólares a la ciudad de Nueva York.
La duquesa de Sussex, de 37 años, aterrizó en su avión privado en el aeropuerto de Farnborough en Hampshire después de un viaje de ida y vuelta en un jet privado a los Estados Unidos por un costo USD 250.000, de acuerdo a un reporte del tabloide Daily Mail.
La ex actriz viajó a Manhattan para disfrutar de su baby shower. Sus íntimas amigas, la tenista Serena Williams y la abogada Amal Clooney, fueron las encargadas de organizar la exclusiva fiesta de bienvenida del bebé en el penthouse suite del hotel The Mark, en el Upper East Side, cuyo alquiler por día cuesta USD 150.000.
Para amenizar la velada contrataron al arpista Erin Hill, lo que costó USD 550.
A la cita acudieron unas 15 personas, entre las que se encontraban también la estilista Jessica Mulroney; la diseñadora Misha Nonoo; la presentadora Gayle King; Abigail Spencer, la actriz y compañera de Meghan en Suits, y el maquillador Daniel Martin.
El excesivo costo del viaje a Nueva York ha causado cierta inquietud en Gran Bretaña, a pesar de que el Palacio de Kensington insistió en que fue "financiado de manera privada".
La esposa del príncipe Harry no ha escatimado en gastos a la hora de celebrar con sus mejores amigas. Su escapada de cinco días generó controversia por sus altos costos.
Medios ingleses calculan que rondaría el medio millón de dólares. Al costo del avión de ida y vuelta hay que añadir los vehículos exclusivos que la desplazaron por Nueva York.
Las cinco noches en una suite de una sola habitación en el hotel The Mark, el más caro de la Gran Manzana, costó más de 15 mil dólares, según reportó el citado medio.
A todo ello habría que sumar el dinero destinado al extenso equipo de seguridad que siguió a sol y a sombra a la duquesa de Sussex, embarazada de siete meses.
Desde el arribo a la Gran Manzana el viernes, Markle visitó el museo The Met Breuer, almorzó en el hotel The Surrey, en compañía de Abigail Spencer, y también se hizo tiempo para salir de compras. Por la noche, cenó en el exclusivo restaurante The Polo Bar.
Aunque Buckingham Palace lo calificó como un viaje "estrictamente privado", parece que no ha gustado mucho a los británicos, que todavía cuestionan la carísima boda de USD 30 millones que celebraron hace no menos de un año en el castillo de Windsor.
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