Roberto Gómez Bolaños, Chespirito, estaría celebrando este 21 de febrero su cumpleaños número 90, pero hace cinco años murió en su casa de Cancún, Quintana Roo, México, como consecuencia de una enfermedad respiratoria que mermó su salud gradualmente.
Su fiel esposa, la actriz mexicana Florinda Meza, dedicó un mensaje para su "Rober" en la red social Twitter y presumió lo guapo que estaba. En su cuenta generalmente comparte anécdotas y se desahoga de lo mucho que extraña a quien fue su compañero por décadas.
Después de cinco años de su muerte, el legado de Chespirito sigue intacto y su influencia en América Latina no ha disminuido. Programas como El Chavo del 8 siguen siendo retransmitidos con audiencias aceptables. Televisa produjo una serie animada de El Chavo y la franquicia distribuye numerosos productos de consumo.
Al visitar México, los latinoamericanos esperan conocer la "vecindad del Chavo", según contó a Infobae México Omar Cruz, un guía de turistas mexicano.
Toda la gente que llega de cualquier país de Latinoamérica quiere saber sobre la ubicación de la vecindad de El Chavo del 8 y acerca de la torta de jamón
Pero, pese a que Roberto Gómez Bolaños tenía el sueño de construir un museo dedicado a El Chavo, no existe un espacio en México donde se exhiban de manera abierta sus pertenencias o el set de grabación donde el famoso personaje hacía todas sus travesuras junto con Quico, La Chilindrina y Ñoño.
Los fans de Chespirito se niegan a creer que no exista un lugar donde se exhiba la famosa vecindad y, menos aún, que sea solo un set de grabación desmontable.
Roberto Gómez Bolaños deseaba tener su museo en una casa de la colonia Guadalupe Inn, e incluso ahí guardaba la escalera que llegaba a la casa de Jaimito, el Cartero, los lavaderos, la fachada de la casa de Doña Florinda y el icónico barril de madera donde El Chavo se metía cada vez que lloraba.
Pero ese lugar no está abierto al público. Según un artículo del semanario Proceso en 2014, los vecinos estaban en desacuerdo con que hubiera un museo en una zona residencial y lo demostraban con letreros en sus puertas cuya leyenda era "No al museo de Chespirito".
Las razones para negarse eran a tener un lugar que seguramente sería un punto turístico muy popular, por lo que provocaría un caos vial y además habría vendedores ambulantes, publicó Proceso.
Anécdotas de sus personajes
El escritor, actor, productor e ícono de la televisión relató que en su infancia en la colonia Del Valle era conocido por pelearse con sus vecinos.
"Era muy 'peleonero'. Era el complejo del chaparro, había que demostrarle al grandote que no soy yo inferior por ser chaparro, entonces me peleaba a cada rato", dijo en una entrevista a Televisa Espectáculos.
Después de dejar sus estudios de Ingeniería en la UNAM, trabajó como redactor publicitario. El director cinematográfico Agustín Delgado lo rebautizó como Chespirito, derivado del diminutivo de la pronunciación españolizada de Shakespeare: "Shakespearito". El diminutivo lo empleó Delgado, haciendo alusión a la estatura de Gómez Bolaños y a su talento para escribir historias.
Poco a poco, Gómez Bolaños comenzó a dar rienda suelta a su imaginación, creando los personajes que todos conocemos… El Chómpiras, Dr. Chapatín, El Chapulín Colorado y el que sería su mayor éxito, El Chavo del Ocho.
"El Doctor Chapatín se llamó así porque a todos los chaparros nos decían así, chapatín. En su bolsa guardaba el veneno que usé contra algunas personas y quedó almacenado para que nunca se escapara. Debo haber cometido errores, pero nunca voluntarios. De cualquier manera, ahí sigue".
El Chapulín Colorado lo encontró porque buscaba algún vocablo de origen náhuatl, y El Chavo fue llamado así "porque de España llegaban los chavales y también les decían chavos a los niños".
El Chavo del 8 fue el personaje que le dio fama mundial. Un niño pobre viviendo en una vecindad donde vive una interminable serie de aventuras cotidianas con sus amigos.