A través de Instagram stories, la cantante estadounidense Katy Perry compartió una divertida anécdota que incluyó a Tom Cruise y un árbol.
Perry mostró un documento, fechado en noviembre de 1996, donde la escuela a la que acudía en California informaba de una suspensión a la que la intérprete se había hecho acreedora.
En la hoja se lee que Perry estaba en el receso con otras cuatro estudiantes en una zona fuera de los límites permitidos. "Katy pretendía que un árbol era Tom Cruise y empezó a hacer movimientos sexuales al árbol (empujones pélvicos)".
La suspensión a Perry en la escuela cristiana a la que acudió llegó luego de otros "incidentes", según se aprecia en la hoja que la cantante dio a conocer.
Esos incidentes eran decir "malas palabras", usar el nombre de Dios en vano, además de participar en juegos como "girar la botella" o "verdad o reto", que incluían besos en la mejilla entre estudiantes.
Otra de las faltas de Katy Perry fue bailar "La Macarena" fuera de su salón, haciendo movimientos "descritos por una maestra como si fueran de bailarina exótica".
Perry también fue señalada por usar tops que dejaban ver su abdomen, algo que su madre había prometido a la escuela que no volvería a ocurrir.
En otra de sus historias de Instagram, Perry mostró a su madre -Mary Hudson- leyendo la hoja de la suspensión.
En el pasado, Perry habló de lo que fue su educación en escuelas cristianas, ya que su padre es pastor.
"Las escuelas eran realmente improvisadas. La educación no fue la primera prioridad. Mi educación comenzó a los 20 años y todavía hay mucho que aprender ".
Perry reveló en una entrevista de 2017 a Vogue una anécdota que demostraría lo que fue su vida justo en esa época de la suspensión. Habló de cómo fue su primer beso francés.
"Mi primer beso francés fue cuando iba en sexto grado en Big Bear, California. Me la pasaba con esta chica de la iglesia que tenía una reputación. Ella tenía una fiesta mixta y a mí no me permitían ir a fiestas mixtas hasta que fuera en octavo grado, pero fui de cualquier manera".
"En la fiesta jugamos a girar la botella. Llegó mi turno y giré la botella y de pronto sentí que tenía un pescado húmedo en mi boca. Ese fue mi primer beso. Cuando estás en sexto grado no hay arte en el beso francés. No hay cadencia, no un hermoso arriba y abajo, sin olas. En vez de eso se sentía como si tu boca estuviera invadida por una babosa".