Dolce & Gabanna canceló el desfile que tenía previsto para este miércoles en Shanghái tras recibir acusaciones de racismo. La firma italiana desató el escándalo por una serie de tres videos titulados "Aprendiendo a comer con palillos" y basados en fuertes estereotipos chinos.
"El GREAT SHOW se pospone a una fecha posterior por algunas razones. Pedimos disculpas por las molestias causadas", indicó la empresa en la red social china Weibo.
Los videos publicados en las cuentes de Instagram y Twitter de Dolce & Gabanna muestran a una mujer asiática intentando comer enormes platos de pizza y espaghetis mientras de fondo, la voz de un hombre le daba órdenes de cómo usar los palillos.
Los anuncios rápidamente despertaron el enojo de los usuarios en las redes sociales quienes juzgaron el contenido como denigrante.
El caso empeoró tras la difusión en Internet de copias de pantalla de una discusión en Instagram entre un usuario y el estilista estrella de la marca, Stefano Gabbana, en la cual este último usa emoticonos de excrementos para definir a China como "país de mierda".
La empresa aseguró que la cuenta de Gabbana había sido pirateada.
"Lamentamos los inconvenientes causados por estas publicaciones no autorizadas. Sólo tenemos respeto por China y el pueblo chino", escribió la empresa en Twitter.
Varias celebridades chinas iban a asistir al desfile, pero tras conocerse la polémica la mayoría fueron anunciando este mismo miércoles que no irían al espectáculo.
"Amo a mi país", escribió la actriz Li Bingbing a sus 42 millones de seguidores en Weibo.
"Las empresas extranjeras que comercian en China deben respetar a China y su pueblo", sentenció la Liga Comunista de la Juventud.
Esta no es la primera vez que la casa italiana de moda se encuentra en el ojo de la tormenta. En el 2015, los diseñadores Domenico y Stefano dijeron: "Nos oponemos a que las personas homosexuales adopten. La única familia, es la familia tradicional", lo que generó protestas en sus locales.
La firma italiana tiene locales en 25 ciudades de China. Los consumidores chinos representan un tercio del mercado global según McKinsey.
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