Aunque Freddie Mercury murió en 1991, hoy, en 2018, la banda vive probablemente el mayor éxito de su carrera. La película biográfica es número uno en todo el mundo y en Inglaterra 8 de los 10 primeros temas del ranking de rock de la BBC pertenecen al cuarteto real. Bohemian Rhapsody encabeza la lista por tercera vez en la historia: la primera fue con la salida del polémico single en 1975 y la segunda con la película Wayne's World en 1992, tras la muerte del cantante.
Aunque la película muestra detalles para el deleite de los más fanáticos y se toma muchas licencias artísticas como para contextualizar la historia en dos horas y media, la vida de Queen se vio atravesada por varias cuestiones vinculadas al mundo de la política que no han sido parte del exitoso largometraje.
Buenos Aires 1981: reunión en el domicilio de un presidente de la Junta Militar
El "Proceso" entraba en una segunda etapa en Argentina. Luego de la fuerte represión "a los grupos guerrilleros" el país comenzaba a recuperar la calma y el Gobierno de facto quería mostrar una "lavada de cara" frente al mundo. Durante la copa mundial de 1978, en el exterior varias organizaciones habían visibilizado la violación de los derechos humanos que se vivía en el país, por lo que había una necesidad de mostrar una nueva etapa.
A las autoridades les pareció adecuado desarrollar un recital masivo como nunca antes visto en Argentina y Queen visitó por primera vez el país para dar varios shows en Buenos Aires, Rosario y Mar del Plata.
Jorge Rafael Videla estaba por dejar su puesto a Roberto Viola, que quiso recibir en su domicilio al conjunto de rock.
La banda no tenía idea de qué quería el alto referente militar, próximo a asumir la presidencia del país. La situación ya era lo suficientemente bizarra como para esperar cualquier cosa. En el país las ediciones de dos de los recientes discos de Queen habían sufrido censuras.
El álbum News of the World (1977) salió en Argentina con un tema menos, la composición del vocalista Get down make love. La tijera censora también alcanzó al siguiente LP, Jazz (1978). El disco original venía con un póster de mujeres desnudas andando en bicicleta, imagen tomada del clip de Bicycle Race. Los militares consideraron inapropiado el acompañamiento al disco de vinilo y la edición argentina salió sin el bonus.
Para dar un ejemplo de lo que lidiaron los músicos en aquella visita, basta recordar los méritos que mostró el agente de seguridad asignado a Mercury: haber matado a 212 personas.
Sin embargo, la preocupación máxima de los militares terminó siendo sencilla. Tenían pánico que la banda decidiera tocar No llores por mi Argentina del musical Evita, algo que Queen jamás había considerado. Dieron su palabra y las autoridades quedaron satisfechas.
A aquella reunión no asistió el baterista, Roger Taylor, en protesta por la represión de la dictadura.
La guerra de Malvinas
El vínculo con el público argentino fue tan grande que un año después, cuando ocurrió el desembarco en las islas y comenzó la guerra, la banda no "tomó partido" por Inglaterra.
La voz cantante en estos asuntos fue la del guitarrista, Brian May, que en varios conciertos de 1982 recordó a los soldados que estaban luchando, sin distinción de bandos. Inclusive en una entrevista manifestó que los soldados profesionales británicos estaban matando a conscriptos argentinos, por lo que sus compatriotas no deberían sentirse orgullosos.
La canción del segundo disco solista de Taylor, Strange Frontier (1984), I cry for you (¿referencia al Don't cry for me?), dicen que podría estar dedicada al país del Sur, luego del proceso militar y la guerra de Malvinas.
Queen, como todos los conjuntos que cantaban en inglés, fue prohibido en Argentina durante 1982, no por el presidente que los recibió en su domicilio el año anterior, sino por su sucesor, Leopoldo Fortunato Galtieri.
El escándalo del apartheid
La gira del álbum The Works (1984) incluyó algunos conciertos en Sun City, Sudáfrica, donde regía todavía el apartheid.
Queen tuvo una clara consigna: no tocarían ante público dividido ni en un recital donde los negros tengan vetada la entrada.
Los shows fueron "mixtos" y no tuvieron restricciones de ingreso, aunque el público fue mayormente blanco. La crítica del rock no consideró suficiente el requisito que puso Queen sobre la mesa para realizar las actuaciones, y la banda fue rotulada de "fascista" solo por haber ido a tocar allí.
Pinochet les cerró la puerta en 1985
Queen retornó a América Latina para el festival de Rock in Río de 1985 y existió una propuesta formal para visitar uno de los países pendientes de la gira del 81: Chile.
Pero en los procesos autoritarios todo depende de las personas adecuadas en los lugares estratégicos. Se rumorea que lo que le abrió la puerta a Queen en Argentina fue el fanatismo de la banda del hijo de Viola. En Chile parece que pasó exactamente lo contrario: cuando la esposa de Augusto Pinochet se enteró que los travestidos del video clip de I want to break free llegarían al país, parece que puso el grito en el cielo.
El primer show de rock masivo en Chile finalmente fue el de Rod Stewart en 1989.
El Magic Tour que cruzó la Cortina de Hierro
En 1986 la banda británica se convirtió en el primer grupo occidental en tocar en un país del bloque comunista. Budapest fue la afortunada ciudad y el concierto fue registrado en una película de calidad cinematográfica.
Según la banda, Queen no se presentó allí para obtener ningún beneficio económico, ya que el show no fue rentable, sino que lo hicieron para acceder a un público nuevo. Hungría ni siquiera tenía editados los discos de la banda, por lo que las copias disponibles en el país eran las del sello Jugoton, discográfica estatal de la extinta Yugoslavia. Según Taylor, Budapest fue el único destino viable, ya que los rusos jamás hubieran dejado entrar a Queen al corazón de la URSS.
Luego de la caída del Muro, Taylor y May volvieron a tocar en Budapest. En una entrevista el baterista se refirió al comunismo como "una pesadilla" y celebró que se hubiera terminado en Europa.
Roger Taylor y sus canciones políticas
El encargado de la percusión y las voces más altas del grupo, que tan bien se acoplaban al registro de Mercury, en su carrera solista siguió abordando temáticas políticas. En uno de sus más recientes singles, The unblinking eye, comenta el avance de la seguridad del Estado sobre las libertades individuales y critica la situación intermedia e inestable de Inglaterra con relación a la Unión Europea.
Pero su más problemática canción tuvo lugar en 1994 cuando decidió arremeter contra las olas de neonazis que surgían en su país negando el Holocausto. Lamentablemente las radios británicas, por temor a las represalias de los skinheads, decidieron no pasar la canción e ignorar el single Nazis 1994.
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