Matthew Reeve reveló en una extensa entrevista el sufrimiento que debió enfrentar su famoso padre, quien quedó tetrapléjico a los 42 años tras caerse de un caballo durante una competición hípica en mayo de de 1995. En pleno estrellato, la vida del popular actor cambió para siempre. Diez años más tarde del terrible accidente, el 10 de octubre de 2004, el recordado Superman del cine perdía la vida. Pero, según su hijo, nunca se rindió.
Hace unas semanas Jered Chinnock, un estadounidense que quedó parapléjico en 2013, entró en la historia de la medicina al ser capaz de caminar 100 metros con ayuda de un andador y un tratamiento pionero. Ese mismo día un grupo de neurocirujanos de la Universidad de Louisville, publicó que dos de sus pacientes parapléjicos habían logrado dar unos pasos gracias a estas sesiones de rehabilitación y estimulación eléctrica continua.
La noticia fue celebrada por Matthew ya que su padre se había convertido en una de las voces a favor de la investigación con células madre y en un ejemplo de heroicidad, al negarse a rendirse ante su condición.
"Él estaría exultante", afirmó Matthew, respecto al avance médico. "Cuando se accidentó le dijeron: 'Esta es tu silla de ruedas, acostúmbrate a ella. No volverás a recuperar el movimiento'. Nadie a quien le ocurra hoy en día debería escuchar esas palabras porque no son verdad", expresó el guionista y productor de 39 años, al periódico The Daily Mail.
"Mi padre tenía una gran esperanza y trabajó incansablemente para recaudar fondos para la investigación", contó Matthew sobre el deseo de su progenitor, a nombre de quien se creó una fundación para financiar estudios para curar lesiones de la médula y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Tenía la creencia y lo intentó
Matthew tenía 15 años cuando su padre tuvo el accidente ."Sabíamos que su vida estaba en peligro, así que fuimos a verlo de inmediato", recordó. "Su lesión era de las más severas, estaba tetraplégico, necesitaba respiración asistida y cuidados las 24 horas", agregó.
Pero Reeve mantuvo la cabeza alta y se negó a dejar que su condición determinara su vida. Pese a su gran actitud, su hija confesó que el actor pasó por momentos difíciles: "Al principio mi padre estuvo deprimido [el accidente]lo golpeó muy fuerte porque él solía ser un hombre muy activo".
"Sin embargo, optó por aceptar lo que había sucedido, enfrentarse a todo y ayudar con las investigaciones contra la parálisis, ya que era un personaje público y podía dar voz", explicó su hijo.
Sobre la vida del actor tras el episodio, Reeve "quería continuar estando presente como esposo y como padre". Luego, finalizó destacando el poder de lucha de su padre: "Mi hermano menor, Will, tenía tres años en el momento del accidente y papá le enseñó a andar en bicicleta con solo darle instrucciones".
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