Michael Bublé se retiró oficialmente de la música debido a la angustia por su batalla contra el cáncer de hígado de su hijo Noah.
En una entrevista con el diario británico DailyMail, el cantante canadiense de 43 años explicó que el dolor que vivió tras el diagnóstico de cáncer de su hijo a los tres años de edad cambió su "percepción de la vida" y ahora dio por terminada su relación con las actuaciones en vivo y "el narcisismo de las celebridades".
Casado con la actriz argentina Luisana Lopilato y con tres hijos juntos (Noah, Elías y Vida), Bublé suspendió su carrera para estar con su familia mientras Noah era sometido a un tratamiento para el hepatoblastoma.
Con un nuevo álbum en camino -titulado "Love"-, explicó que este es su momento de alejarse de la música, queriendo salir 'en la cima' después de hacer 'el disco perfecto'.
"Noah ya ha sido declarado libre de cáncer y ahora Michael se ve suave y delgado cuando nos reunimos en su suite del hotel de Londres", relató la periodista de DailyMail sobre el contexto de la entrevista que le hizo. Y agregó: "Está muy sensible. Sus ojos marrones se llenan con la mera mención de la palabra cáncer y está claro que todavía vive a la sombra de lo que describe como dos años de infierno".
"Uno sólo quiere morir", explicó Bublé sobre el drama que vivió con la enfermedad de su hijo. "Ni siquiera sé cómo estaba respirando. Mi esposa estaba igual y, aunque yo era el más fuerte de los dos, no estaba bien. Mi esposa fue… Lo siento, no puedo llegar al final de la oración… digamos que descubrimos quiénes somos con estas cosas".
"Pasando por esto con Noah, no cuestioné quién era, solo cuestioné todo lo demás. ¿Por qué estamos aquí? ¿Esto es todo lo que hay? Porque si esto es todo lo que hay, tiene que haber algo más grande", continuó el artista nacido en Burnaby, Canadá.
Y contó que una forma de superarlo fue fingir que era el personaje de Roberto Benigni en la película La vida es bella. "No sé si esa era una opción, pero en eso me convertí. Por ejemplo, nunca lo llamé hospital, lo llamé el hotel divertido. Y todos los días conseguía sábanas adicionales y construía una tienda para Noah. Intentaba sacar lo mejor de todo. Supervivencia".
"Pero fue un ejercicio tan difícil. Me duele, y duele hablar de Noah porque no es mi historia, es suya. Y todo mi ser ha cambiado. Mi percepción de la vida. No sé si puedo terminar esta conversación sin llorar. Y nunca he perdido el control de mis emociones en público", concluyó.
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