Asia Argento nunca ha sido Santa de la devoción de la prensa italiana. La actriz, cuya carrera empezó a los nueve años, jamás ha estado bien conceptuada por los medios de su país de origen que la califican de "hipócrita trepadora social". Ahora han terminado de crucificarla tras la revelación de que acosó sexualmente a un menor de edad y le pagó dinero para ocultarlo.
Esta semana, la famosa protagonizó las portadas de casi todos los periódicos de su país de origen con titulares como: "Asia Menor" y el inevitable, "Asia Weinstein".
Aunque la intérprete desmintió haber mantenido relaciones sexuales con Jimmy Bonnet, reconoció que el famoso chef le pagó USD 380 mil para "ayudarlo económicamente y evitar intrusiones en su vida personal". Por su parte, The New York Times defendió la veracidad del reportaje y revelaron que tienen documentos y evidencia para respaldarlo.
A pesar de que Argento cuenta con más de tres décadas en los medios y ha triunfado como actriz, directora y escritora recibiendo también el equivalente italiano al Premio Oscar a Mejor Actriz en su adolescencia, jamás ha sido querida por la prensa, quienes se han enfocado en criticar el estilo de vida "bohemio" de la famosa y sus distintas relaciones amorosas.
Hace aproximadamente un año que la imagen de Asia cambió tras denunciar haber sido víctima de acoso sexual por parte del productor Harvey Weinstein. La actriz se convirtió en una de las principales impulsoras del movimiento #MeToo y figuró en programas televisivos, marchas y manifestaciones luchando en contra del acoso sexual. Sin embargo, esto tampoco ayudó a mejorar la reputación de Argento en Italia ya que desde un principio el país se mostró reticente a los avances que el movimiento generó para mujeres en otros países.
El periódico conservador, "Libero" fue uno de los primeros en atacar a la artista luego de sus denuncias en contra de Harvey Weinstein y respondieron con un artículo indicando lo siguiente: "Primero ellas lo regalan y después se quejan y se hacen las arrepentidas".
Rendo noto di aver querelato @Libero_official per aver offeso la mia dignità di donna e leso la mia reputazione con il loro pessimo articolo pic.twitter.com/9wRy8ZMCot
— Asia Argento (@AsiaArgento) October 13, 2017
Tras el trágico suicidio de Bourdain, Asia volvió a ser representada negativamente en la prensa, por una serie de fotografías que mostraban a la intérprete bailando con un amigo francés días antes de la muerte del cocinero célebre.
La noticia del New York Times le dio nueva artillería a los medios de comunicación italianos para terminar de destruir la imagen de la actriz y para arremeter contra el movimiento #MeToo.
"La señora Argento es fundamentalmente "desagradable" para los italianos", escribió Flavia Perina en "Il Giornale" el martes. "Bien o mal, la señora Argento está catalogada como una persona que vive rápido y las excentricidades de sus parejas amorosas ya sean considerados carismáticos o inusuales han sido utilizadas habitualmente en su contra como clavos para crucificar una carrera desordenada".
En un editorial en la portada de "La Stampa", Mattia Feltri escribió: "Ella inmediatamente terminó como Robespierre: guillotinada por guillotinar a otros".
Hija, del reconocido cineasta italiano, Dario Argento, Asia hizo su debut cinematográfico en 1985. A lo largo de su prolífica carrera, ha escrito poesía, grabado discos y dirigido películas pero al público italiano siempre le ha interesado más su vida personal, sus tatuajes y sus amantes que su éxito artístico.
En los últimos días, los diarios italianos han utilizado su más reciente escándalo para recordar otras controversias del pasado como cuando firmó una petición en el 2009 en apoyo de Roman Polanski quien había sido arrestado en Suecia por tener relaciones sexuales con un menor y la vez en que Asia besó a un perro Rottweiler en un filme de Abel Ferrara en el 2007.
Otros comentaristas incluso dictaminaron que la caída de Argento le quitaba toda la validez al movimiento #MeToo.
"¿Quién compensará a todos eso hombres damnificados?", se preguntó Antonello Piroso en su artículo en "La Verita".
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