Hoy todo importa sobre la vida de Luis Miguel. Su bioserie no solo ha revelado detalles de su vida desconocidos hasta ahora. También ha sacado de las tinieblas a amores y amigos que en distintas etapas tuvieron relación con el exitoso cantante mexicano.
La atención se ha centrado, sobre todo, en las mujeres que han sido pareja del cantante. Pero los amigos también tuvieron un papel relevante en su vida, sobre todo porque a su alrededor tejieron una red de relaciones que beneficiaron su carrera –y a su familia– en distintos momentos.
Una etapa muy importante en la vida de Luis Miguel fueron sus años de pandilla con Los Vampiros, un grupo de amigos de la infancia y de la adolescencia con quienes se inició en las travesuras infantiles y en los excesos y las fiesta de noche.
Todos eran niños ricos, hijos de empresarios que disfrutaban de una vida de privilegio a la que Luis Miguel, de niño, no podía acceder. Hasta que su voz lo hizo rico como ellos y más famoso y exitoso que ellos.
La corta infancia de un niño común
La historia de Los Vampiros comenzó en el exclusivo barrio de San Jerónimo, en el sur de la Ciudad de México. A esta zona residencial llegó a vivir Luis Miguel con su familia a los 10 años, huyendo de las deudas acumuladas de su padre, Luisito Rey, quien había embaucado a su promotor artístico, un empresario de nombre Juan Pascual, quien prácticamente se hizo cargo de la familia Gallego Basteri cuando llegaron de España en la completa ruina, según narra el periodista Javier León en su libro Luis Miguel, la historia.
Pascual no solo intentó promover la carrera artística de Luisito Rey en México. También le prestaba dinero, enviaba comida a su familia y le consiguió un departamento donde vivir. De allí huyó con su "esposa" Marcela Basteri –ya sabemos que en realidad nunca se casaron– y sus hijos pequeños Luis Miguel y Alejandro.
Para entonces, Luisito Rey ya era amigo del actor Andrés García, a quien recurrió en medio de la desgracia, como lo hizo muchas veces después. Ante el desamparo de la familia, el actor le prestó al amigo una casa de su propiedad, ubicada en el número 20 de la calle privada de San Bernabé, en San Jerónimo.
Gracias al actor y a su relación con el jefe de la policía Arturo El Negro Durazo –aquel oscuro personaje de la política mexicana de quien ya se ha hablado suficiente– Luisito Rey pudo sobrevivir aquellos años, antes de explotar la prodigiosa voz de su hijo.
Para entonces, los amigos de la familia ya habían notado que aquel niño, de escasos 10 años, tenía una voz singular. El mismo Andrés García se lo hacía notar a Luisito Rey, quien todavía confiaba en su propio éxito como cantante, lo que nunca llegó.
"Recuerdo mucho, más en esa época que estábamos de vecinos, que Micky cantaba todo el rato y cantaba maravilloso. Yo se lo decía a Luisito, quien se hacía como el pendejo", recuerda Andrés García en las entrevistas que tuvo con Javier León.
Así, durante el tiempo que le llevó a su padre convencerse del talento de su hijo como cantante, Luis Miguel tuvo unos años de infancia común, como cualquier otro niño: con amigos y travesuras de calle.
Entre aquellos amigos estaba Leonardo, el hijo mayor de Andrés García; Roberto Palazuelos, hijo del abogado Roberto Palazuelos Rosenzweig, y Héctor Suárez Gomís, hijo del actor cómico Héctor Suárez. Todos eran vecinos y se reunían en una casa abandonada de la zona, donde planeaban sus travesuras, narra Javier León en su libro.
Luis Miguel no tuvo mucho tiempo para una infancia normal, pues al año de vivir en aquella casa comenzó su despegue como cantante infantil.
Sin embargo, la amistad con Roberto Palazuelos y Leonardo García siguió en la adolescencia, y a ellos se unieron más tarde Jorge van Rankin, hijo de un productor de Televisa, y Miguel Alemán Magnani, nieto del ex presidente Miguel Alemán Valdés.
Alemán Valdés, por cierto, otorgó el primer permiso de transmisión de televisión a Emilio Azcárraga Vidaurreta, fundador de Televisa, quien inauguró las transmisiones en 1950 con el informe de gobierno del entonces mandatario priista, quien terminó siendo socio de la televisora.
Que sirva el apunte para evidenciar el círculo que siempre han formado en México la política y el mundo de los medios y el espectáculo. A este círculo pertenecían precisamente los amigos de Luis Miguel.
El desmadre adolescente
El triunfo del niño cantante Luis Miguel llegó pronto, y para 1982, con dos discos ya grabados, el dinero comenzó a fluir hacia las manos de su padre. Ese mismo año cambiaron de casa y se mudaron de San Jerónimo a la colonia Jardines de Coyoacán, y de allí a la exclusiva zona de Lomas de Chapultepec.
Aunque Luis Miguel solo estuvo dos años de su infancia en San Jerónimo, su amistad con Héctor Suárez Gomís, Leonardo García y Roberto Palazuelos se extendió hasta la adolescencia y los primeros años de juventud.
Con ellos comenzaron las noches de excesos y fiesta que agregaron a Jorge van Rankin. Este último, protagonista con Luis Miguel del exitoso video de la canción "Cuando calienta el sol".
Acapulco, entonces el puerto turístico más atractivo para un fin de semana de fiesta sin límite, era el destino favorito de la pandilla de Luis Miguel y donde el cantante se enamoró de la joven Mariana Yazbek, durante la grabación del video "Cuando calienta el sol". Pero esa, también, ya es historia conocida.
Volvamos a Los Vampiros. El periodista Javier León destaca sobre todo el despertar sexual de aquella pandilla, aunque seguramente también había consumo de drogas.
Ninguno de ellos ha hablado al respecto. Solo Van Rankin ha admitido que "se metió" cocaína y tachas (drogas sintéticas), y ahora sabemos también que Luis Miguel consumía por incitación de su padre y luego por cuenta propia.
Entrevistado a propósito de la serie y de su relación con Luis Miguel, Palazuelos recordó en una entrevista sus escapadas en grupo al Ajusco, una de las montañas que rodea la Ciudad de México, y su amor compartido de juventud por la actriz Mariagna Pratts. "Nos parecía una mujer hermosísima y todos estábamos enamorados de ella".
Palazuelos aseguró: "Esa etapa para mí, en lo personal, y yo creo que también para él, pues fue la mejor etapa de mi vida, porque estábamos en la mera edad de la punzada, del reventón y con cuates increíbles".
Tanto debió gustarle la fiesta que sus certificados de secundaria y preparatoria los consiguió hasta los 41 años, y después se graduó en Derecho. Luis Miguel, por su parte, nunca pudo seguir estudios de manera formal.
La amistad entre todos no fue constante. Luis Miguel y Palazuelos, por ejemplo, se habían separado por la intensa actividad artística de Luis Miguel. Pero un día, en Miami, coincidieron en una comida de amigos con Miguel Alemán Magnani, y la amistad se reanudó.
Con los años, sin embargo, Los Vampiros pasaron a las tinieblas en la vida del cantante. El único que en realidad alcanzó el éxito en el mundo del espectáculo, aunque todos siguen en las pantallas como actores y conductores. Con mediano éxito, la verdad. Todos son, sobre todo, personajes de revista de sociales.
¿Dónde quedaron Los Vampiros?
De familia de abogados de prestigio, Roberto Palazuelos nació en Acapulco, donde su padre, el abogado Roberto Palazuelos Rosenzweig, conoció a su madre, una modelo estadounidense de nombre María Badeaux.
Su relación no duró mucho y aun pasó por un episodio digno de película, que ha relatado el mismo Palazuelos, hoy actor de telenovelas, abogado, dueño de hoteles y con ansias de participar en la política.
Él narra que, al separarse sus padres, su madre se lo llevó sin permiso del papá a Nueva York. El padre y el abuelo, también abogado de nombre, Roberto Palazuelos Bassols, armaron todo un operativo para "rescatar" al niño de su madre. Cuando la madre se enteró que la buscaban, se llevó a su hijo a Nueva Orleans, pero allí la encontraron.
"Un mañana, cuando sale ella (su mamá), a los 20, 30 minutos, mi papá llega y toca, que era del gas. La niñera abre, se meten, la agarran la amordazan, la amarran, la meten al clóset, me sacan y me vuelan a México", relató el mismo Palazuelos a la revista People en español.
En el trayecto, y luego de que su madre reportó el hecho a las autoridades, el piloto de la aeronave recibió una instrucción del FBI de regresar a los Estados Unidos. Su papá lo impidió. Como abogado supo exponer argumentos que permitieron traer de vuelta a México a su hijo.
Palazuelos no volvió a ver a su madre hasta los 18 años, que la buscó para reanudar la relación, pero no pudo. La madre después contó su propia versión a una escandalosa revista de espectáculos en México, en la que admite el abandono de su hijo.
A Palazuelos lo llaman en el mundo de la farándula Diamante Negro, por su primer hotel construido en la exclusiva zona del mismo nombre en Acapulco. De allí llevó su marca Diamante K a Tulum, Quintana Roo.
Cuando Luis Miguel ya era una estrella, Palazuelos comenzó su carrera como "actor" en telenovelas mexicanas, al aparecer por primera vez en una en 1989. Se llamaba Mi segunda madre y de allí siguieron otras de mediano éxito.
Luego vinieron días de "gloria" con el exitoso reality show Big Brother VIP, en 2003, en el que apareció con el amigo de juventud Jorge van Rankin, a quien llaman El Burro. Su última aparición en televisión fue en 2012, y desde entonces está más concentrado en sus negocios.
En una entrevista con la presentadora de noticias Adela Micha, contó que su hotel en Tulúm vale hoy 16 millones de dólares, cuando a él le había costado 110 mil dólares. "No lo vendo porque Tulúm va a dobletear, pero al rato sí voy a vender", le dijo.
A Palazuelos, por cierto, no le gustó mucho la representación que hicieron de él en la serie de Luis Miguel, en la que queda como un amigo chismoso que le cuenta al cantante supuestas infidelidades de una novia.
Del Burro van Rankin y de Leonardo García hay menos que decir. El primero, hijo de un ex ejecutivo de Televisa de nombre Gabriel van Rankin Orozco, participa actualmente en el programa de variedades matutino Hoy, de la misma televisora.
Antes de la grabación de la bioserie de Luis Miguel, tenía como 20 años que no hablaba con el cantante por un problema personal. Por una broma que le gastaron al asistente personal de Luis Miguel y que a este no le gustó, dijo Van Rankin en su programa Hoy.
"Alguien que le metió mugre en la cabeza le dijo, y él (Luis Miguel) se va contra mí", contó.
La distancia, sin embargo, no impidió que hiciera declaraciones sobre su amigo de juventud y sus relaciones. Cuando Luis Miguel tenía como pareja a Araceli Arámbula, con quien se casó, El Burro aseguró: "Sé que está embarazada esta mujer, pero conociéndolo, no creo que se casen", le dijo al periódico La Crónica en 2003.
Palazuelos, en cambio, ha dicho que Luis Miguel era un caballero, el mejor de ellos. Eso sí, el más exitoso con las mujeres.
Van Ranking ha participado en radio y en programa de entretenimiento donde se muestra desenfadado, gasta bromas pesadas y a veces dice groserías.
En alguno tuvo como productor a Miguel Alemán Magnani, el amigo de toda la vida que hoy produce la bioserie de Luis Miguel. Gracias a él pudo reencontrarse con el amigo cantante y presumirlo en sus redes sociales.
"Lo veo, tiro las cosas y le digo 'no puede ser', me dio un abrazo de dos minutos. Abrazo, beso. (…) Le dije, ¿ya me vas a perdonar? Y se moría de la risa", contó en su programa Hoy, a finales de enero pasado.
Leonardo García, por su parte, nunca pudo despegar en la televisión, y ha tenido esporádicas apariciones en telenovelas en la cadena Tv Azteca, competencia de Televisa. Sin embargo, en los medios han trascendido más los pleitos con su papá Andrés García, a quien Luis Miguel llamaba "tío".
De todos los amigos del pasado, el más cercano al cantante ha sido Miguel Alemán Magnani, nieto del ex presidente Miguel Alemán Valdés y uno de los creadores de la serie con su productora Gato Grande.
Su padre, Miguel Alemán Velasco fue por muchos años socio de Televisa y ahora es dueño de la aerolínea Interjet, entre otros negocios que integran Grupo Alemán (Galem).
Fue gracias a Alemán Magnani que, luego de más de dos décadas separados, la pandilla de Los Vampiros pudo reunirse de nuevo a propósito de la bioserie y filmar juntos una escena.
Este no es su primer éxito como productor, pues también financió la película Amores perros, de su amigo Alejandro González Iñárritu.
Con el cantante lo une una amistad que comenzó desde la adolescencia, cuando lo conoció en fiestas y reuniones de amigos. Desde entonces, nunca ha habido distancia entre ellos.
El productor incluso fue un gran apoyo para Luis Miguel cuando enfrentó una de sus tantas demandas. La que presentó en su contra William Brockhaus, su ex manager, por incumplimiento de contrato. Alemán Magnani viajó a Los Ángeles con su equipo de abogados para asesorar al cantante y servirle de portavoz.
De los amigos de la adolescencia es el más hermético y pocas veces ha hablado de su relación con Luis Miguel. No hay necesidad. Gracias a la bioserie hoy sabemos todo –o casi– de él.
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