En el momento de su muerte, Anthony Bourdain no estaba bajo el efecto de narcóticos, según informó a The New York Times un oficial de la justicia francesa. El famoso chef, escritor y conductor del programa Parts Unknown —que se encontraba grabando en Francia el 8 de junio, cuando apareció muerto en un hotel de Kaysersberg—, sólo tenía rastros de una medicina en dosis terapéuticas.
El estudio de toxicología era la última instancia que esperaba la justicia francesa, que había determinado ya que la muerte de Bourdain había sido un suicidio por ahorcamiento. Ahora el fiscal Christian de Rocquigny despejó esa duda.
En el pasado, la estrella de la gastronomía había confesado su lucha contra las adicciones. En 2017 dijo a The New Yorker que durante la década de 1980, mientras trabajaba en restaurantes de Nueva York, sufrió una dura adicción a las drogas. A comienzos de los 90 hizo un tratamiento de desintoxicación.
"Fui adicto a la heroína, sin duda, y fui adicto a la cocaína, sin duda, pero nunca dejé de beber", explicó en febrero de 2018 a People cómo nunca tuvo problemas con el alcohol. "Nunca fui la clase de persona que necesita un trago, nunca sentí esa urgencia. Cuando estoy en casa no se me ocurre sentarme a beber cerveza, o prepararme un cocktail".
Bourdain, de 61 años, fue cremado en Francia. Su único hermano, Christopher, recibió sus restos y sus pertenencias. The New York Times citó a la madre del chef, Gladys Bourdain, para informar que la familia realizará una ceremonia privada. "El querría el menor aspaviento posible", dijo la mujer.
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