La actriz inglesa Jane Seymour, nombrada Oficial de la Orden del Imperio Británico en el año 2000, ha ganado fama mundial no solo por su belleza sino también por sus destacadas interpretaciones de distintos personajes románticos.
Tras convertirse en una "chica Bond" en 1973 con su rol como Solitaire en Live and Let Die, luego en 1980 formaría parte del elenco de En algún lugar del tiempo con Christopher Reeve. Más tarde protagonizaría una película española, El túnel, de Antonio Drove.
Pero sin lugar a dudas fueron sus trabajos para la televisión, como su papel de la doctora Michaela 'Mike' Quinn en la serie La doctora Quinn (1993-97), los que la catapultaron al estatus de estrella internacional, conocida en todos los rincones del mundo.
Tras casarse en cuatro oportunidades y dar vida a cuatro herederos, Seymour se encuentra todavía vigente, hoy a los 67 años. Prueba de esto es su participación, por tercera vez, en una producción de la revista Playboy. Tras debutar en 1973 en las páginas de la, en ese entonces, osada publicación, luego sería convocada en 1987 para volver a seducir a millones de personas con su elegancia y belleza natural.
Pero sin lugar a dudas, ha sido su más reciente producción fotográfica la que ha generado gran cobertura mediática, en parte debido a su envidiable estado físico a medida que se acerca a las siete décadas de vida. En un mundo donde incluso jóvenes de 20 años parecen caricaturas de si mismas debido a intervenciones cosméticas realizadas en la mayoría de los casos sin necesidad, la británica ha logrado preservar sus rasgos y frescura, sin caer presa de los mandatos de Hollywood que dictan que, sobre todo las mujeres, deben ser eternamente aniñadas.
"No me he hecho ninguna cirugía o inyecciones, por lo que todavía me veo como yo misma" confesó Seymour en diálogo con la publicación creada por el fallecido Hugh Hefner. "Todos los días me siento tentada, pero luego miro a quienes lo hicieron y no los reconozco. Estoy siendo auténtica al ser yo misma y eso es muy importante para mi" destacó.
Luego de medio siglo de una carrera cargada de éxitos, con dos Globos de Oro y un premio Emmy en su haber, la actriz confesó sentirse hoy, más segura de si misma que nunca antes. "Me siento más sexy hoy que cuando era más joven. El haber vivido todo lo que viví me ha dado una enorme libertad. Me siento cómoda en mi propia piel".
A pesar de estar felizmente casada, Seymour admitió que regularmente es seducida por hombres mucho más jóvenes en la ciudad de Malibú, cerca de Los Ángeles, donde reside sobre la playa. "Suelo decirles que tal vez podría suceder en otra vida, pero lo encuentro muy halagador dado que normalmente nos volvemos invisibles a esta edad".
Consultada acerca de su estrategia a la hora de llevar adelante su vida en una etapa distinta de su madurez, Seymour compartió un simple mantra. "No trato de probarle nada a nadie. Cuándo eres joven todo se trata de lograr que te miren, hoy no intento que nadie lo haga".
En la entrevista con Playboy, Seymour además hizo referencia a un caso de acoso sexual que sufrió en 1972, cuando un productor se propasó durante una audición. "Fui a su casa esperando que hubiese más gente, pero estaba él solo. Me mostró mi prueba de cámara y luego nos sentamos en un sillón. Me dijo que sería perfecta para la película y que ahora sería mi turno de hacer lo que debía" compartió.
Luego de posar su mano en el muslo de la actriz, el productor comenzó a moverla hacia arriba. "Crucé las piernas y me hundí en el sofá, no tuve más opción que levantarme e irme. Luego me dijo que si alguien se enteraba de lo sucedido no trabajaría en ningún otro sitio del mundo, y tenía realmente el poder para hacerlo. Me subí al taxi y lloré de regreso, aterrorizada".
Seymour admitió que luego de ese episodio dejó de actuar por un período de tiempo, pero al tiempo se propuso no sentirse intimidada, algo que luego quedaría demostrado mediante una fructífera carrera que ha logrado prolongar al día de hoy.
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