El potente tanque nazi Tiger I de 57 toneladas causaba terror entre los soldados del ejército aliado. Para el soviético Nikolai Dubrovin se sentían escalofríos cuando se veía uno. Por ello, tal vez, es muy poco creíble una de las grandes escenas de la taquillera película bélica Rescatando al soldado Ryan (1998) de Steven Spielberg.
Durante la última media hora del largometraje ganador de cinco Oscar, el capitán Miller, interpretado por Tom Hanks, logra acercarse lo suficiente a uno de estos gigantes como para disparar su subametralladora Thompson a través de una de las pequeñas aberturas del carro blindado.
Así, el capitán Miller termina con la vida del experto conductor de un Tiger I disparando a través del visor del conductor. Algo totalmente imposible en el año 1944.
El Tiger I metía miedo no solo por lo poderoso que era, sino porque era imponente, como detalla un reciente artículo del periódico ABC.
El tanque contaba con un bloque de vidrio blindado capaz de resistir sin problemas los potentes cartuchos del calibre .45 que disparaba una Thompson. Lo que confirmaría que ese ataque ocurrió solo en la ficción. En plena Segunda Guerra Mundial nadie se acercaba a él.
La creación de este potente vehículo, cuyo nombre oficial era Panzerkampfwagen VI Tiger Ausf. E, se materializó a principios de los años 40. Hitler ordenó a las empresas Porsche y Henschel que diseñaran un carro de combate pesado capaz de resistir los ataque de los cañones ingleses.
El modelo de Henschel recibió luz verde y entró en producción en agosto de 1942. Cerca de 8.000 obreros trabajaron en turnos de 12 horas seguidas para construirlo. En 1943, cada uno de estos gigantes destrozó unos 26 carros de combate rusos. Así, pues, esta mole de 3,70 metros de anchura y 8,45 metros de longitud se fue ganando su fama de indestructible.
Pero tenía una debilidad este armazón: el visor. Una abertura del tamaño de una pequeña ventana que permitía al conductor del vehículo ver el exterior y dirigir el blindado. Y es, precisamente, el hueco a través del cual el capitán Miller dispara.
Al ser uno de los posibles puntos de entrada de balas enemigas, los germanos instalaron en las primeras versiones del Tiger I una protección conocida como Fahrersehklappe. Esta estructura consistía en una visera blindada que el conductor podía abrir y cerrar con una manivela.
Pero en ese momento el conductor sí podía saber dónde se encontraba a través de los Fahrerfernrohre. Dos periscopios con dos pequeñas aberturas al exterior. Años más tarde, dejaron de instalarse, y las aperturas correspondientes de la plancha frontal del conductor se cerraron, soldándolas.
En ese momento, la protección principal siguió siendo el Fahrersehklappe, que bajo fuego, este escudo de metal se cerraba. Sin embargo, si el Fahrersehklappe hubiera permanecido abierto en la batalla contra los estadounidenses en el filme, el capitán Miller sí podría haber disparado a la tripulación del carro de combate desde el exterior. Pero el modelo E de los Tiger contaba con un bloque de vidrio blindado que impedía que las balas llegaran al interior.
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