Ocurrió hace 21 años. En el Sundance Film Festival de 1997, en Park City, Utah. Allí, Harvey Weinstein, el hombre más poderoso de la industria del cine, la violó por primera vez. La víctima: Rose McGowan, relató en su nuevo libro, Brave, cómo fue su atormentada vida y su ultrajante encuentro con el productor.
La de McGowan es una más de las tantas acusaciones de abusos y violaciones que pesan sobre Weinstein y que han desatado una ola de denuncias en Hollywood, que incluyen a actores, a directores y a productores de cine.
El diario The New York Times obtuvo una copia de la nueva obra de la actriz y en sus páginas narra cómo fue el momento en que el megaproductor la violó en el jacuzzi de su habitación. McGowan explica en uno de sus capítulos que ese día estaba planificado un desayuno de trabajo en el restaurant del hotel, pero súbitamente le indicaron que el lugar había cambiado y que sería en la amplia suite de Weinstein.
Sin sospechar que esa mañana se convertiría en una de las más traumáticas de su vida, McGowan subió por el ascensor y golpeó a la puerta de la habitación de su victimario, El Monstruo, como lo llama en su libro. "Estaba segura de que hablaríamos sobre mi carrera y de los años venideros", escribió la mujer. Sin embargo, Weinstein tenía pensado otra cosa.
El Monstruo la empujó hacia su habitación, más específicamente hacia donde estaba el jacuzzi, le sacó la ropa que llevaba y la sentó al borde de la tina. Abrió sus piernas y comenzó a practicarle —sin consentimiento— sexo oral mientras se masturbaba. "Me congelé, como una estatua", reconoce en las páginas de Brave. La víctima indicó además que fingió placer y no se resistió violentamente para darle una rápida conclusión al desagradable evento.
"Gemía ruidosamente; a través de mis lágrimas podía ver su semen flotando sobre las burbujas", describió McGowan de forma gráfica. Luego de la violación, la joven actriz bajó a una sala del hotel para hacer las fotos promocionales del film Phantoms. Ben Affleck, el coprotagonista, estaba a su lado y notó que la mujer aún temblaba. Le contó lo ocurrido: "Maldición. Le dije que dejara de hacerlo". "Otros me consolaron diciéndome que era algo que podía ayudarme en mi carrera en el futuro", escribió horrorizada en su libro. ¿Todo Hollywood sabía sobre los abusos de Weinstein?
El megaproductor comenzó a llamar a todo el mundo para que no la contrataran en nuevas películas. "Parecía que todo Hollywood sabía sobre mi más vulnerable momento de violación y que yo era la que debía ser castigada por eso". Finalmente, para callarla, Weinstein llegó a un acuerdo por 100 mil dólares con la actriz. Pero durante un tiempo largo de su vida fue perseguida e investigada por una agencia privada de espionaje que controlaba todos sus pasos.
Brave también cuenta otras etapas de la vida de McGowan, pero, sobre todo, el momento en que tras esa traumática experiencia no buscada fue "prisionera de su mente" durante un largo y penoso tiempo.
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