Hollywood reaccionó asqueado cuando una veintena de actrices – entre ellas Angelina Jolie y Gwyneth Paltrow– acusaron de acoso sexual y violación al productor Harvey Weinstein, quien obtuvo más de 300 nominaciones al Oscar al financiar grandes producciones como El paciente inglés, El discurso del rey y Pulp Fiction, entre muchas otras. Por detrás de Steven Spierlberg, era el hombre más mencionado por las estrellas cuando recibían un Oscar.
Todos los actores querían estar cerca de Harvey y de su hermano Bob, fundadores de Miramax y The Weinstein Company, dos grandes empleadoras de la industria.
El hostigamiento, acoso y abuso de poder perpetrado durante décadas, con total impunidad, por Weinstein, salió a la luz en una investigación del New York Times y expuso lo que era un secreto a voces en Hollywood. Muchos lo sabían y decidieron seguir siendo parte de proyectos financiados por él. Era un éxito asegurado y no querían dejar pasar la oportunidad. Pero los tiempos cambiaron. Hoy defenderlo es caer al vacío con él.
Aquellos famosos que no fueron directamente víctimas de Weinstein pero que sabían que esto sucedía dejaron expuesto el lado oscuro de la industria del cine.
Figuras como Matt Damon y Quentin Tarantino fueron algunos de los actores que admitieron que sabían del comportamiento de Weinstein, pero no hicieron nada para detenerlo. En el caso de Damon es aún más repudiable ya que conocía de primera mano la agresión que había sufrido Gwyneth Paltrow en 1995 por parte del empresario.
Fue su amigo y socio, Ben Affleck, quien le contó que la actriz había sido acosada sexualmente por Weinstein, quien la llevó al estrellato y más tarde la ayudó a ganar un premio de la Academia por su protagónico en Shakespeare in Love, en 1999.
Affleck y Damon deben sus carreras a Weinstein después de ganar un Oscar en 1998 por mejor guión original del filme En busca del destino, producido por The Weinstein Company.
Tarantino, que ganó el Oscar a mejor guión por Django Unchained en 2013 y Pulp Fiction en 1995, también sabía del comportamiento del empresario, pero eligió seguir obteniendo dinero de él para sus llevar a cabo sus trabajos en cine: "Sabía lo suficiente como para haber hecho más de lo que hice". El director de Perros de la Calle y Bastardos sin Gloria fue pareja de Mira Sorvino, una de las actrices que denunció a Weinstein por agresión.
Pero el doble discurso y la hipocresía en Hollywood es bastante habitual. Tras el caso de Weinstein, quedó en evidencia. Un ejemplo claro es lo que sucedió con Ben Affleck, quien horas después de criticar al productor, tuvo que disculparse con la actriz Hilarie Burton por manosearla durante un programa de MTV en 2003. Un pedido de perdón que olvidó cuando las denuncias por acoso fueron contra su propio hermano, Casey.
Jane Fonda dijo estar arrepentida de no haber hablado antes sobre esto. "Me enteré de lo de Harvey hace cosa de un año, y me avergüenza no haber dicho nada en ese momento", declaró a CNN. "Supongo que no era lo suficientemente valiente. Creo que como no me había sucedido a mí, sentí que no me correspondía hacerlo", admitió.
La actitud de Angelina Jolie, en cambio, fue otra. Frente a los avances no deseados de Weinstein en una habitación de hotel, decidió no trabajar más con él. "Tuve una mala experiencia con Harvey Weinstein en mi juventud, y como consecuencia, decidí no trabajar con él de nuevo y advertir a otros cuando lo hicieron", dijo Jolie al diario New York Times.
El acoso sexual en ese ambiente- como en tantos otros- no es novedad. Lo nuevo es la valentía de tantas mujeres que deciden hablar porque ya no le temen a los poderosos.
Weinstein no es el único con antecedentes. El prestigioso cineasta Roman Polanski es un pedófilo confeso y continúa recibiendo premios y elogios de sus colegas del séptimo arte.
Vale recordar que Polanski reconoció en 1977 haber abusado a Samantha Geimer, entonces de 13 años, en la casa de su amigo Jack Nicholson en Los Ángeles, mientras este estaba de viaje. Desde entonces, es fugitivo de la justicia estadounidense .
Aún así, los actores lo ovacionaron en los premios de la Academia en 2003:
En las imágenes se puede ver a Meryl Streep de pie, y al propio Weinstein. También está Jack Nicholson, en cuya casa Polanski drogó y violó a Geimer.
Desde ese hecho, Polanski ha logrado convencer a Harrison Ford, Hugh Grant, Kristin Scott Thomas, Sigourney Weaver, Sir Ben Kingsley, Johnny Depp, Adrien Brody, Ewan McGregor, Pierce Brosnan, Jodie Foster, Kate Winslet y John C Reilly para aparecer en las películas que ha dirigido.
Sobro Weinstein, Winslet dijo a los medios: "La forma en que Harvey Weinstein ha tratado a estas jóvenes vulnerables y talentosas no es la forma en que las mujeres deben tratadas". ¿Eso incluye a una niña -hoy una mujer- de 13 años que fue traumatizada de por vida?
Ewan McGregor fue blanco de críticas por reconocer públicamente que estaba al tanto de los rumores sobre Weinstein, con quien trabajó en 2013 en la película August: Osage County. No obstante, McGregor separa el trabajo de la conducto moral. No sólo trabajó con Weinstein sino que también lo hizo con Polanski en la película El escritor Oculto en 2010.
Woody Allen sigue siendo celebrado muy a pesar de haber sido acusado por su ex esposa, Mia Farrow, de haber abusado a su hija adoptiva Dylan, cuando ella apenas era una niña.
Cate Blanchet y Diane Keaton, dos actrices con una fuerte discurso sobre los derechos de la mujer, no dudaron en ser musas del cineasta, entre muchas otras. Cuando son interrogadas sobre la vida privada de Allen, eligen el silencio o defenderlo. Keaton, ex pareja de Allen, está de su lado: "No tengo nada que decir excepto que le creo a mi amigo".
Kate Winslet, la protagonista de la nuevo película de Woody Allen, Wonder Wheel, dio una curiosa argumentación de cómo hacerse la distraía a la hora de un buen trabajo: "Como actriz, solo tienes que alejarte y decir: no sé nada. Lo pones a un lado y simplemente trabajas con la persona. Woody Allen es un director increíble. También lo es Roman Polanski. Tuve una experiencia laboral extraordinaria con ambos hombres, y esa es la verdad".
Lo que está claro es la hipocresía de miembros de una industria que eligió el silencio cómplice para que hombres con poder actuaran de esa forma durante décadas. Y aún la opinión pública espera saber qué opinan sobre Kevin Spacey acosando a Anthony Rapp cuando tenía tan sólo 14 años.