El 18 de mayo pasado, Justin Bieber hizo una visita de emergencia al centro médico Northwell Health, en Long Island, para que le examinaran sus testículos luego de sufrir un duro golpe durante un partido de fútbol.
Adolorido, el cantante fue examinado por los especialistas. Pero fue solo un susto. Ese mismo día recibió el alta médica, ya que no había sufrido ninguna lesión.
Una mujer llamada Kelly Lombardo, empleada de Northwell Health, fue despedida porque sus supervisores alegaron que accedió sin autorización el expediente médico de la estrella después de escuchar rumores de que había sido admitido por una infección de transmisión sexual.
Su representante legal, David H. Rosenberg, fue quien ofreció los detalles en exclusiva al diario New York Post, medio al cual le reiteró la inocencia de su clienta: "Mi cliente nunca accedió al expediente médico del señor Bieber", afirmó el letrado. "Ella fue falsamente acusada de hacerlo por su género".
La mujer sostiene -de acuerdo con el mencionado medio- que nunca tuvo acceso a la historia clínica de Bieber ni ningún contacto con él en absoluto.
Lombardo niega de manera tajante haber incurrido en las faltas que se le imputan y presentó una denuncia por despido injustificado ante la División de Derechos Humanos en Nueva York. Asegura que fue despedida por ser mujer.
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