Con apenas 19 años y sin gran experiencia en la pantalla grande, Maria Schneider cobró fama mundial en 1972 al compartir el protagonismo con Marlon Brando, una leyenda de difícil comparación por su talento actoral. Sin embargo, su meteórico ascenso, marcado por una escena en la que sufría una violación, la sumergió en adicciones y llegó a intentar suicidarse en los años posteriores.
"No me gustaba ser famosa, para nada, y las drogas eran mi salida. Tomé pastillas e intenté suicidarme, pero sobreviví porque Dios decidió que no era mi hora de partir", reveló la actriz en 2007 durante una entrevista para el Daily Mail. Según detalló, el "circo" y el frenesí la volvieron "loca", y recurrió a las drogas como un escape de la realidad: marihuana, cocaína, LSD y heroína.
Sin embargo, aseguró que tuvo mucha suerte. "Perdí muchos amigos, pero conocí a alguien en 1980 que me ayudó a detenerme. Es mi ángel y seguimos juntos desde entonces. No diré si es hombre o mujer, quiero mantener el secreto", afirmó en la entrevista, cuatro años antes de su muerte, por un cáncer, en 2011.
La actriz tuvo relaciones amorosas con mujeres, e incluso en 1975 ingresó voluntariamente a un psiquiátrico para acompañar a su entonces pareja, la fotógrafa Joan Townsend. "Era esquizofrénica y yo la quería ayudar", explicó la francesa.
Schneider también se refirió a la escena más famosa y polémica de El último tango en París, dirigida por Bernardo Bertolucci, en la que su personaje es violada analmente por Brando usando mantequilla como lubricante. Aunque el director italiano se defendió este lunes y afirmó que todos tenían conocimiento de lo que ocurriría, la actriz sostuvo otra versión: "(El uso de la mantequilla) No estaba en el guión original. La verdad es que la idea se le ocurrió a Marlon", afirmó.
También recordó con amargura cómo fue el momento en el que se enteró: "Me informaron justo antes de filmarla. Debería haber llamado a mi agente y a mi abogado, porque no pueden forzarte a hacer algo que no está escrito, pero en ese tiempo no lo sabía. Marlon me dijo que no me preocupe, que era sólo una película. Pero yo estaba llorando de verdad".
Su sufrimiento no terminó allí. "Me sentí humillada y, siendo honesta, un poco violada, tanto por Marlon como por Bertolucci. Después Marlon intentó consolarme o disculparse. Gracias a Dios sólo fue una toma", afirmó.
Sin embargo, no recordó en buenos términos al director. "Creo que Bertolucci está sobrevalorado, y nunca volvió a hacer algo con el mismo impacto. Era gordo, sudoroso y muy manipulador. Yo era muy joven para entender", consideró.
También, Schneider desmintió los rumores de un vínculo sentimental con Brando, surgidos por la química que mostraron en la pantalla. "Para nada. No había ninguna atracción. Era como un padre para mí, y yo como una hija para él", aseguró.
En tanto, resaltó que aunque participó en cerca de 20 películas tras esa actuación, nunca volvió a aparecer desnuda, pese a recibir varias ofertas: "Me sentí muy triste, porque fui tratada como un símbolo sexual. Yo quería ser reconocida como una actriz, y todo el escándalo me volvió un poco loca".
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