La llegada de Ken Griffin a Miami ha sido celebrada localmente y comentada a nivel nacional. El hombre cuenta con una fortuna personal calculada en USD 32.000 millones y su empresa, Citadel, es una de las principales compañías financieras del país. Su llegada al sur de la Florida se celebra no solo por su presencia personal sino porque también mudó su empresa, lo que representa miles de nuevos puestos de trabajo en la ciudad.
Pero con la mudanza ha llegado también una idea poco ortodoxa. A la enorme propiedad de más de 20 acres que ya tenía en West Palm Beach (por la que pagó unos USD 350 millones), y la mansión de USD 137 millones que compró en Star Island, Miami Beach, Griffin sumó una propiedad en la ciudad de Miami sobre la bahía de Biscayne, a la altura de la avenida Brickell histórica (la parte que se encuentra al sur del puente que conecta la ciudad con Key Biscayne), muy cerca del Museo Vizcaya. Por dicha propiedad, comprada a la filántropa y banquera Adrianne Arsht, pagó USD 106 millones de dólares.
En el terreno, que da sobre la bahía, además de la mansión donde solía vivir Arsht, se encuentra Villa Serena, una enorme vivienda de piedra caliza de 109 años. La casa es considerada histórica no solo por ser una de las más antiguas en pie en la ciudad, sino porque perteneció a William Jennings Bryan.
Jennings fue un politico estadounidense, tres veces candidato a la presidencia, que cuando Miami apenas tenía 16 años de haber sido fundada decidió construir aquí una vivienda para el inverno. La zona le gusto tanto que terminó haciendo de Miami su hogar permanente, siendo considerado por muchos como uno de los primeros ciudadanos ilustres de la ciudad del sol. Villa Serena ha sido declarada lugar histórico de la ciudad, pero nunca estuvo abierta al público.
Arsht, cuando era el propietario, había invertido millones de dólares en su renovación y la utilizaba como residencia de invitados o para fiestas. Pero Griffin tiene otros planes para la propiedad.
Un arquitecto que trabaja para Griffin contactó al CRA —una entidad gubernamental municipal que maneja terrenos públicos— para sugerirles la idea de buscar una nueva locación para Villa Serena. Griffin correría con los gastos de traslado de la propiedad (que suelen ser de millones de dólares) y lo haría siempre y cuando la ciudad se comprometa a abrirla al público como museo.
Si bien solo se trata de una idea por el momento, y no hay un plan concreto de cómo o dónde se haría el traslado, algunos ya están poniendo el grito en el cielo diciendo que es improbable que se pueda hacer el traslado sin poner en riesgo la integridad de la casa, o incluso alegando que en una locación diferente pierde el valor histórico.
Además de las propiedades residenciales de Griffin, Citadel adquirió a comienzos del año pasado una parcela de dos acres y medio sobre Brickell Bay Dr, donde piensan construir sus oficinas centrales, por la que se pagaron USD 363 millones , y una torre de oficinas ubicada en el 1221 de la Brickell Ave, de USD 286,5 millones.
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