Tras el cierre de una popular atracción acuática de Disneyland, sus fanáticos encontraron una peculiar forma de lucrar con su agua

La extraña despedida de los seguidores Splash Mountain se popularizó rápidamente en internet. La compañía decretó su cierre para borrar la historia racista de fondo que tenía el recorrido

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Splash Mountain, una de las atracciones acuáticas de le Disney World
Splash Mountain, una de las atracciones acuáticas de le Disney World

La atracción acuática Splash Mountain, una de las más populares de los parques de diversiones de Walt Disney World, cerró el pasado domingo luego de 30 años funcionando. Pero sus fanáticos no quisieron despedirse para siempre, por lo que encontraron una particular forma de mantener vivo su recuerdo y, a la vez, lucrar con el agua de la atracción.

El negocio consiste en que varios fanáticos de Splash Mountain, quienes hicieron largas filas durante horas el domingo para subirse por última vez a los troncos que hacen el recorrido acuático, decidieron almacenar un poco de agua de la atracción y ponerla en venta en varios plataformas de internet, según informa el New York Times.

En páginas como eBay, se empezaron a encontrar publicaciones en las que ofrecían algunos mililitros de los 950 mil galones de agua con las que contaba la atracción para su funcionamiento.

Los precios variaban entre los 8,50 y 25 dólares por una bolsita de plástico llenas de agua, que tenían escrito el nombre de “Splash Mountain” con marcador, además de unos dibujos de gotas hechas a mano. Esto sería la única garantía de que el agua en realidad pertenecía a la atracción de Disney.

También se podían ver publicaciones de unas botellas reutilizables que supuestamente contenían 300 ml del agua recolectada durante el último día del viaje por el Splash Mountain que eran vendidas por 7,99 dólares.

Splash Mountain, en Orlando Florida
Splash Mountain, en Orlando Florida

Sin embargo había un vendedor que pedía casi 150 dólares por tan sólo 120 ml de agua, recolectada en un frasco.

La comunidad de Disney puede ser muy rara a veces”, declaró a The New York Times, Adrián Vásquez, un fanático de 28 años, quien aseguró haberse montado unas 200 veces en el Splash Mountain y dijo que no le sorprendía en lo más mínimo, el hecho de que las personas estuviera revendiendo el agua del parque en internet.

Disney es mágico para cada uno de nosotros a su manera”, agregó Phillip Halfacre al mismo medio. “Esa agua puede significar mucho para alguien, incluso si en realidad es la misma agua que sacan de la fuente” del parque.

Halfacre de 42 años, contó que, tomó una bolsa de plástico con el logo de Splash Mountain, que son entregadas a los visitantes para mantener secas sus pertenencias y que la tenía guardada desde hace varios años, la llenó con agua de la canilla de su casa y la publicó en eBay.

La entrada principal al parque temático de Walt Disney World en Orlando, Florida, EEUU
La entrada principal al parque temático de Walt Disney World en Orlando, Florida, EEUU

El hombre, quien se identificó como un “gran fanático de Disney” y un coleccionista, pedía 25 mil dólares por la bolsa con el logo de Splash Mountain, llena con el agua de su grifo. Dijo que lo hacía porque quería participar de lo que estaba pasando.

“No fue un gesto grosero, ni siquiera fue un gesto grosero para con Disney, amo a Disney”, dijo Halfacre. “Fue algo para hacer que el lunes de todos fuera más brillante”, agregó.

El hombre, quien dijo haberse montado en la atracción unas 20 veces, recibió cerca de 10 mil visitas a su publicación en eBay y además aseguró que recibió “dos o tres” ofertas serias en las que le pedían que verificara que en realidad el agua provenía del Splash Mountain.

Las razones del cierre

El motivo del cierre de la atracción se debe a que tiene un origen basado en la discriminación racial, y es que Disney tomó medidas para borrar la historia de fondo racista del recorrido acuático, extraído de la película musical de 1946 “Song of the South” (Canción del Sur), que la compañía no ha puesto a disposición de ninguna forma durante más de 35 años.

Disney anunció los cambios en 2020 luego de las protestas que inundaron el país exigiendo justicia racial tras el asesinato de George Floyd.

“Song of the South”, es una película ambientada en una plantación llena de esclavos en Georgia después de la Guerra Civil, el film mezcla cine de acción y animación de una manera innovadora para la época, y ganó un Oscar por la canción “Zip-a-Dee -Coso”.

El cantante de Coldplay Chris Martin y la actriz Gwyneth Paltrow durante un recorrido en el Splash Mountain en Orlando
El cantante de Coldplay Chris Martin y la actriz Gwyneth Paltrow durante un recorrido en el Splash Mountain en Orlando

A pesar de esto, muchos críticos de cine aseguraron que, la película, basada en los libros de Joel Chandler Harris, un folclorista blanco quien recopiló cuentos afroamericanos tradicionales y los atribuyó al ficticio Tío Remus, romantizó la esclavitud y promovió estereotipos racistas en los EEUU.

El director ejecutivo de Disney, Bob Iger, aseguró en 2020 que la película nunca aparecería en Disney+, la plataforma de streaming de la compañía, porque “simplemente no era apropiada en el mundo de hoy”, según publicó The New York Times.

Cuando las atracciones acuáticas vuelvan a abrir en los parques el próximo año, los visitantes ya no encontrarán la Splash Mountain, sino que en su lugar se toparán con una nueva atracción basada en la película de 2009 “La princesa y el sapo” y se llamará Tiana’s Bayou Adventure.

Tiana, es la primera princesa afrodescendiente de Disney, mientras la compañía se prepara para su primera celebración de “Mardi Gras”, (martes de carnaval). “El nuevo concepto es inclusivo”, dijo Disney en 2020. “Habla de la diversidad de los millones de personas que visitan nuestros parques cada año”, publicó The New York Times.

El pasado domingo largas filas de pesonas se apostaron en la entrada del Splash Mountain para despedirse de lo que para muchos era su atracción favorita de Disneyland. Gritos, cantos y vitoreos, se escucharon durante las más de 5 horas que tenía que hacer una persona para poderse subir.

“Había algo de tristeza, pero también una sensación de celebración en el aire”, dijo uno de los fanáticos a The New York Times en el día del cierre. Adrián Vásquez, quien hizo la fila tres veces el domingo para subirse con su mamá, concluyó que, “fue un poco triste pero muy divertido”.

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