Las artimañas de una tabacalera para evitar ser alcanzada por una nueva ley californiana

Activistas contra la industria tabacalera calificaron como “escandalosa” una maniobra de R.J. Reynolds dirigida a los consumidores de cigarrillos mentolados

Guardar
Foto de archivo de cigarrillos Newport y Camel en una tienda de tabaco en Nueva York (REUTERS/Lucas Jackson)
Foto de archivo de cigarrillos Newport y Camel en una tienda de tabaco en Nueva York (REUTERS/Lucas Jackson)

Una ley que entró en vigor en California, Estados Unidos, determinó que están prohibidos los aromas y los sabores en los productos de tabaco, incluidos los cigarrillos mentolados. Sin embargo, distintos expertos antitabaco han advertido que R.J. Reynolds, la empresa que fabrica las marcas de cigarros Camel y Newport, se ha puesto en campaña para intentar eludir esas reglas californianas con unas supuestas nuevas versiones de cigarrillos sin mentol y con “un nuevo toque fresco”.

Según un artículo del New York Times, cuando comenzó dicha prohibición días atrás, la tabacalera R.J. Reynolds hizo circular folletos que tenían destacada la frase “California, We’ve Got You Covered” (NdR: California, te tenemos cubierto).

Y ese folleto, que fue enviado por correo a los clientes californianos que habían solicitado cupones, incluía anticipos de “nuevas” variedades de Camel y Newport con “sabor audaz y duradero”.

Muchos críticos calificaron como “escandalosa” esta maniobra de marketing. “Lo que me sorprende es que no hay camuflaje”, dijo el Dr. Robert Jackler, profesor de Medicina de Stanford que facilitó los folletos a The New York Times. “Están diciendo: ‘Este es nuestro sustituto del mentol. Y por cierto -guiño, guiño- no es realmente mentolado’”.

Por otra parte, estos productos de tabaco que se comercializan como “nuevos” también parecen desafiar la autoridad de la FDA (la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU) ya que, según la Ley de Control del Tabaco, desde 2007 los distintos productos deben ser autorizados por la FDA, para impedir que las tabacaleras los modifiquen para aumentar su atractivo.

Luis Pinto, vicepresidente de comunicaciones de R.J. Reynolds, dijo en un correo electrónico que los “productos introducidos en California cumplen todos los requisitos normativos aplicables”. Y afirmó que los nuevos cigarrillos “no están sujetos a la prohibición recientemente promulgada porque no tienen un sabor o aroma distinguibles distintos del tabaco”.

Sven Jordt, un investigador de la Universidad de Duke que revisó los registros de ingredientes de la empresa, señaló que las versiones Camel Crisp y Newport EXP contienen un agente refrigerante sintético denominado WS-3, que tiene un efecto refrescante pero no un sabor a menta y que sus efectos sobre la salud del consumidor aún son desconocidos.

El Tribunal Supremo de Estados Unidos se negó a bloquear la prohibición a mediados de diciembre ante una petición de R.J. Reynolds, que había alegado “pérdidas financieras sustanciales” por esta ley dado que los cigarrillos mentolados representan un tercio del mercado de cigarrillos. Según Tobacco Free Kids -una de las principales organizaciones antitabaco de EEUU-, el 80% de los jóvenes de 12 a 17 años que comienzan a fumar lo hace mediante cigarrillos mentolados o vaporizadores.

Abigail Capobianco, portavoz de la FDA, dijo al New York Times que la agencia controlaba el cumplimiento de las leyes y reglamentos federales sobre el tabaco, y que tomaba medidas correctivas cuando se habían producido infracciones. Pero declinó hacer comentarios sobre los nuevos productos en California.

Foto de archivo: Cigarrillos mentolados en una tienda Quick Stop en Miami, Florida (Foto de Joe Raedle/Getty Images)
Foto de archivo: Cigarrillos mentolados en una tienda Quick Stop en Miami, Florida (Foto de Joe Raedle/Getty Images)

¿Los cigarrillos mentolados generan más adicción a la nicotina?

El mentol es una sustancia química natural que se encuentra en los aceites de menta, pero también se produce sintéticamente en los laboratorios. Además del sabor refrescante, el mentol tiene propiedades analgésicas y anestésicas. Por eso, desde hace casi un siglo se adiciona a algunos cigarrillos de tabaco para disfrazar y hacer menos irritante el gusto del tabaco.

Este año, un estudio de la Universidad de California señaló que la proporción de fumadores de 12 a 17 años que utiliza cigarrillos mentolados ha aumentado 56% en EEUU y que estos productos parecen haberlos llevado a fumar con más frecuencia y volverse más dependientes de la nicotina. La investigación se elaboró con datos de 1.092 jóvenes estadounidenses y fue realizado entre 2013 y 2019.

Además, la sensación refrescante puede provocar que el humo se inhale más profundamente y se mantenga por más tiempo, lo que puede resultar en una mayor absorción de nicotina por cada bocanada.

Científicos, a través de datos del estudio de Evaluación de la Población sobre el Tabaco y la Salud (PATH), representativo a nivel nacional en Estados Unidos, compararon el uso de cigarrillos con sabor a mentol y sin mentol. Para los jóvenes que fumaban, el consumo de cigarrillos mentolados se asoció con 2,8 días adicionales de consumo de cigarrillos en los últimos 30 días, un 38% más de riesgo de ser un fumador frecuente y un 8% más de dependencia de la nicotina. Asimismo, encontraron evidencias de que los jóvenes que cambiaron de cigarrillos mentolados a cigarrillos sin sabor fumaron 3,6 días menos durante 30 días, tuvieron un riesgo 47% menor de ser fumadores frecuentes y una dependencia de la nicotina un 3% menor.

El mentol se agregó por primera vez al tabaco en las décadas de 1920 y 1930. Hoy, casi 18,6 millones de fumadores usan cigarrillos mentolados sólo en Estados Unidos. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), fumar cigarrillos sigue siendo la causa principal de enfermedades, discapacidades y muertes prevenibles en EEUU.

El consumo de tabaco está asociado con 1 de cada 5 muertes en los Estados Unidos. “Algunos estudios proyectan que prohibir el mentol podría evitar hasta 633.000 muertes”, dijo el autor principal del estudio John P. Pierce, profesor distinguido de la Escuela de Salud Pública Herbert Wertheim y el Centro de Cáncer Moores de UC San Diego.

Seguir leyendo:

Guardar