La primera dama de Estados Unidos, Jill Biden, será intervenida luego de detectarsele una pequeña lesión cancerígena. Así lo anunció la Casa Blanca en un comunicado difundido este miércoles, firmado por Kevin C. O’Connor, médico presidencial.
Según se lee en el escrito publicado, el hallazgo fue durante un chequeo de rutina de cáncer de piel y la lesión está ubicada sobre su ojo derecho. Los médicos recomendaron que fuera tratado.
Es por ello que la Primera Dama será sometida a una cirugía Mohs, de carácter ambulatorio, el próximo 11 de enero en el centro médico militar nacional Walter Reed, en Bethesda, Maryland. En la cirugía se extraerá por completo el tejido y será examinado posteriormente a fin de conocer más acerca de la lesión.
La oficina se comprometió a difundir el parte médico luego del procedimiento, junto con información que pueda surgir.
Jill Biden ha sido una fiel promotora de la prevención del cáncer. En una oportunidad, reveló que cuatro amigas suyas fueron diagnosticadas con cáncer de mama en 1993 y una de ellas perdió la vida a causa de la enfermedad.
En ese mismo sentido, el presidente Joe Biden siempre consideró que encontrar una cura es una de sus prioridades, por lo que ha participado, también, de múltiples campañas.
Tiempo atrás, durante una recorrida en Newsmax, la Primera Dama señaló que “no es un problema rojo, no es un problema azul” -en referencia a los colores con los que se identifican el Partido Republicano y el Partido Demócrata- sino que “el cáncer afecta a todos los estadounidenses”.
Por otro lado, en una charla en el Sylvester Comprehensive Cancer Center de la Universidad de Miami, Jill Biden hizo referencia a la importancia de los controles médicos anuales, que permiten prevenir y detectar los casos antes de que se tornen de gravedad.
“La detección temprana es clave porque si lo se detecta temprano hay muchas más posibilidades de sobrevivir al cáncer”, mencionó entonces.
En el último tiempo la salud de Jill Biden también fue noticia luego de que contrajera coronavirus en agosto del 2022, aunque transitó la enfermedad con síntomas leves. En ese momento, la Primera Dama se encontraba de vacaciones junto a su marido en Carolina del Sur. Al experimentar los primeros síntomas, la mujer fue aislada en su casa de esparcimiento durante cinco días y comenzó su tratamiento con Paxlovid.
En tanto, el Presidente dio negativo en las pruebas de detección por lo que continuó con su agenda pero portó una mascarilla durante 10 días, en línea con las orientaciones de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades.
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