Con 224 votos a favor y 201 en contra, la Cámara Baja de Estados Unidos acordó este miércoles extender una semana más el presupuesto del Gobierno, lo que evitaría un cierre de la Administración, para dar tiempo a los legisladores a alcanzar un acuerdo para financiar el año fiscal 2023.
La medida pasará ahora al Senado, donde debe ser aprobada antes del viernes para asegurar que el gobierno siga funcionando.
El acuerdo extiende hasta el 23 de diciembre el actual presupuesto de la Administración.
Para financiar el año fiscal 2023, que va desde el 1 de octubre de 2022 al 30 de septiembre del año siguiente, se necesita aprobar un proyecto de ley conocido como ómnibus.
Algunos legisladores republicanos han afirmado ya que prefieren seguir posponiendo el debate sobre el nuevo proyecto de ley hasta el próximo año, cuando su grupo recupere en enero el control de la Cámara de Representantes, con la esperanza de que esto les dé mayor poder de negociación.
En esta ocasión, sin embargo, nueve representantes republicanos se unieron a los demócratas en la votación, que salió adelante en la noche de este miércoles por 224 votos a favor frente a 201 en contra.
Se espera que el mayor de los dos proyectos de ley asigne más de 1,5 billones de dólares para el ejército estadounidense y una serie de programas no militares. También se espera que la medida contenga nuevos fondos de emergencia para ayudar a Ucrania en su batalla contra las fuerzas rusas, según recoge el portal Voz de América.
Además de contener la ayuda a Ucrania, también se espera que incluya un proyecto de ley no relacionado que reforma la forma en que el Congreso certifica las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
Este último tiene como objetivo evitar que se repita la agitación mortal del 6 de enero de 2021, cuando los partidarios del entonces presidente Donald Trump intentaron detener la certificación de Biden como ganador de las elecciones presidenciales de 2020.
Ucrania podría obtener miles de millones más, después de que Biden le pidiera al Congreso el mes pasado 37.000 millones de dólares.
La batalla de fin de año sobre las prioridades presupuestarias se ha convertido en un ritual sobre una ley que se suponía debía haber sido promulgada antes del 1 de octubre, cuando comenzó el año fiscal en Washington.
La Cámara de Representantes y el Senado no se han puesto de acuerdo sobre ninguno de los doce proyectos de ley de asignaciones, lo que significa que operaciones que van desde el control del tráfico aéreo y los parques nacionales hasta la investigación médica y los programas medioambientales podrían verse afectadas cuando los fondos existentes se acaben el viernes a medianoche.
Si esta semana no se aprueba el proyecto de ley general, los demócratas, que controlan la Cámara de Representantes y el Senado por un estrechísimo margen, se verán obligados a apresurar una “resolución de continuidad” provisional que mantendría el gasto en los niveles del año pasado.
Desde 1976, cuando se aprobaron nuevas leyes presupuestarias, la Administración estadounidense se ha quedado sin fondos en 20 ocasiones, aunque la mayoría de veces ha sido solo durante un día. El cierre más largo, de 35 días, ocurrió durante la Presidencia del republicano Donald Trump (2017-2021).
(Con información de EFE y Reuters)
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