El enviado especial de Estados Unidos para Irán, Robert Malley, considera que Irán no tiene intención de volver al acuerdo nuclear que firmó con la comunidad internacional en 2015 -y ahora mismo prácticamente suspendido desde la retirada unilateral de Estados Unidos en 2018-, y ha recomendado que Washington se centre en impedir el suministro de armas iraníes a Rusia en la guerra de Ucrania y en apoyar a los manifestantes durante las actuales protestas en el país.
“Irán no está interesado en un acuerdo y ahora estamos centrados en otras cosas. Podemos marcar la diferencia a la hora de interrumpir el suministro de armas a Rusia y en intentar respaldar las aspiraciones fundamentales del pueblo iraní” en las protestas contra la muerte bajo custodia de la joven Mahsa Amini por llevar mal puesto el velo islámico, y que se han saldado con entre 200 y 400 muertos desde septiembre.
Las conversaciones para el retorno de Irán al acuerdo nuclear están prácticamente paralizadas. El Organismo Nuclear de la Energía Atómica, el OIEA, denunció el mes pasado los impedimientos de Irán a la hora de examinar sus instalaciones mientras que Teherán ha pedido el fin de estas visitas como condición, entre otras inaceptables para EEUU, para retornar al acuerdo.
“¿Qué sentido tiene esto? ¿Por qué deberíamos centrarnos en esta cuestión si Irán responde con demandas inaceptables?”, se ha preguntado Malley en una entrevista concedida a Bloomberg en Roma. “Llegados a este punto”, ha confesado, no vamos a centrarnos en el acuerdo nuclear porque no podemos volver a la mesa para que nos la jueguen todo el rato”.
Malley ha precisado que, aunque las conversaciones entre la Unión Europea y los responsables iraníes siguen en marcha, como demostró la conversación mantenida este fin de semana entre el máximo diplomático de la UE, Josep Borrell, y el ministro de Exteriores iraní, Hosein Amirabdolahian, no han existido negociaciones formales desde finales de agosto.
Ahora, Estados Unidos se centrará en “interrumpir, retrasar y sancionar” entregas de armas iraníes a Rusia, según el enviado, antes de avisar si Irán intenta construir instalaciones en Rusia para fabricar armas “estará cruzando nuevas líneas”.
Irán construirá una nueva central nuclear
El régimen iraní ya está próximo al inicio de la construcción de su nueva central nuclear de Darjovein. La nueva planta, que representa un alarmante avance en su plan atómico, estará ubicada en la provincia de Juzestán, al suroeste del país, y lleva décadas de planificación -que remontan, incluso, al período previo a la revolución islámica de 1979-.
La obra costará cerca de USD 2.000 millones y tardará ocho años en completarse, por lo que se inaugurará en el 2030. Sus planes se habían anunciado hace ya 14 años. Estarán a cargo de la construcción únicamente empresas iraníes.
El máximo responsable de la agencia nuclear nacional, Mohamed Eslami, visitó el lugar junto a una delegación para examinar los preparativos finales previo inicio de las obras, informó la agencia semioficial iraní ISNA.
El reactor de la central, ubicada en la frontera con Irak, cerca del río Karun, tendrá una capacidad de 300 megavatios.
Este reciente anuncio se da en un delicado contexto en lo que respecta a la capacidad nuclear de Irán. En las últimas semanas, Teherán anunció que comenzó a producir uranio enriquecido a una pureza del 60% en su instalación subterránea de Fordo, que se suma a Natans. Este avance en su programa lo ubica a apenas un breve paso técnico del enriquecimiento al 90%, empleado en armamento atómico.
Según informaron expertos, el país ya tiene suficiente uranio al 60% para ser convertido en material para, por lo menos, una bomba nuclear. Sin embargo, la agencia oficial de noticias IRNA se negó a dar detalles sobre las cantidades de producción y almacenamiento.
El informe trimestral del organismo de control atómico de las Naciones Unidas, dio cuenta de que, al 22 de octubre, Irán contaba con un estimado de 62,3 kilogramos de este material, cuyo porcentaje de pureza fusionable alcanza el 60 por ciento. Esta cifra representa un aumento de 6,7 kilogramos desde el último informe difundido en septiembre.
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