El secretario de Defensa de EEUU, Lloyd Austin, comunicó este miércoles a su homólogo turco, Hulusi Akar, su “fuerte oposición” a una operación de Turquía en Siria, durante una conversación telefónica.
Austin manifestó su “preocupación” por la escalada de tensión en el norte de Siria y en Turquía, lo que incluye bombardeos recientes, “algunos de los cuales han amenazado directamente a personal de EEUU que está trabajando con los socios locales en Siria para derrotar al Estado Islámico”, según un comunicado del Pentágono.
El titular de Defensa estadounidense instó a una desescalada y ofreció sus condolencias por los fallecidos el pasado 13 de noviembre en un atentado en Estambul y en otros ataques en el sur turco.
Ankara culpó del atentado en Estambul, que causó seis muertos, a la milicia kurdo-siria Unidades de Protección del Pueblo (YPG) y al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), la guerrilla kurdo-turca, consideradas terroristas por Turquía y que han negado cualquier participación en el ataque.
El Gobierno turco respondió al atentado con bombardeos sobre posiciones kurdas en Irak y Siria, y renovó la advertencia que lleva haciendo hace meses de lanzar una nueva operación militar terrestre en territorio sirio.
Este miércoles, el ministro de Exteriores de Turquía, Mevlut Çavusoglu, insistió en que Estados Unidos debe cesar su apoyo a las YPG, aliada de Washington en la lucha contra el autoproclamado Estado Islámico.
Turquía lleva años acusando a EEUU de dar asistencia a ese grupo, al que considera la rama en Siria del PKK, esta última organización considerada terrorista por Washington y la Unión Europea.
El pasado viernes, el Mando Central de Estados Unidos (CENTCOM) confirmó que una base estadounidense en la localidad siria de Al Shadadi de Green Village fue objetivo de tres misiles fallidos que cayeron en las proximidades de la instalación militar.
El CENTCOM detalló que las explosiones en las cercanías de la base de Estados Unidos no causaron daños materiales ni muertes.
La coalición internacional encabezada por Estados Unidos destacó que dos de los proyectiles se dirigían a la base y que un tercero fue hallado más tarde en una supervisión de daños.
“Los ataques de ese tipo ponen en peligro a las fuerzas de la coalición y a la población civil y socavan la estabilidad y la seguridad de Siria y de la región que tanto ha costado conseguir”, afirmó el portavoz de la CENTCOM, Joe Buccino, según una misiva del mando central estadounidense.
Hace unos días, las fuerzas de la coalición internacional aseguraron que se había producido un ataque con misiles que también tenía como objetivo la base Green Village, ubicada en el noreste de Siria, aunque sin cobrarse víctimas mortales ni causar daños materiales.
Asimismo, el pasado 19 de septiembre tuvo lugar otro ataque fallido contra una base militar estadounidense, que del mismo modo no alcanzó a fuerzas o equipamiento de Estados Unidos o de las fuerzas de la coalición.
La base atacada es Green Village, situada en zonas controladas por las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) --cuyo principal componente es la milicia kurda Unidades de Protección Popular (YPG)-- en la orilla norte del río Éufrates. El lugar ha sido objetivo de otros ataques en los últimos meses por parte de milicias proiraníes.
(Con información de EFE)
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