Carlos Manuel Álvarez, periodista y escritor cubano, ganó reconocimiento por su primer libro, una colección de reportajes periodísticos sobre su país luego de Fidel Castro. La tribu: retratos de Cuba, abre y cierra con dos hechos trascendentes: la reanudación de las relaciones diplomáticas de Estados Unidos y su país en el 2014 y la muerte de Castro en 2016. “A partir de esas dos pautas históricas, el libro intenta contar el país que discurre por debajo de estos acontecimientos”, dijo el autor en la Feria del Libro de Miami, donde presentó la edición en inglés de sus crónicas: The Tribe. Portraits of Cuba.
Más que una traducción, The Tribe es una versión: Álvarez agregó otros textos para esta edición que tradujeron Frank Wynne y Rahul Bery. Una ampliación de las historias de vida entrelazadas con los acontecimientos colectivos.
A Álvarez —autor también de dos obras de ficción, Los caídos y Falsa guerra— le interesaba particularmente contar la raíz de esa Cuba, las personas y circunstancias que quedaban debajo de las decisiones políticas, los entresijos sociales. “Aunque de manera formal el tipo de gobierno que hay en Cuba continúa en el poder, en términos de vitalidad, de discurso, y de afecto la aventura de ese poder político terminó. Y me interesaba ese estado de la derrota, que es siempre una suerte de fascinación alrededor de la cual orbita mi escritura”.
Ser cubano es más que haber nacido en Cuba
Uno de los aspectos que el libro aborda es el ser cubano en su amplitud, no solo lo que significa nacer en Cuba: “Lo que he aprendido, luego de vivir en varios países y de haber viajado, es que la patria es la porción de realidad que te ha sido dada, como diría la filósofa española María Zambrano. Es decir, debe estar más cruzada por la experiencia individual y por una construcción permanente respecto a quiénes somos y quiénes somos respecto al otro. No por determinismos geográficos que te ubican en un lugar específico”.
Por ello entiende que la identidad es más porosa, flotante e inmersiva. Y que The Tribe: Portraits of Cuba, acerque a más lectores, culturalmente diversos, a estas inquietudes.
Álvarez cree que el poder político en Cuba tiene ciertos resquicios en los que se permite la crítica. Hay otros espacios, sin embargo, donde hacerlo conlleva la condena. Esto lo explica mediante una parábola: en una exposición de esculturas, habían representaciones de diversos próceres de la independencia. Llegado un momento, los bustos giraban, giraban tanto que parecía que se iban a caer. Pero volvían a la quietud de su lugar solemne. Uno de los artistas que lo acompañaba, le ilustró la diferencia: en ese caso, que las estatuas giraran estaba permitido. Que aquellos símbolos terminaran en el suelo, no.
“El poder tiene un espacio de sombra, que genera una crítica obediente en forma de enemigo, en la cual se admite una crítica, en la que no hay ningún riesgo”. Y con su libro se sale de estos espacios. Sin obediencia. Sin concesiones.
Las historias contadas en este volumen, ahora en inglés, ofrecen un tránsito por los lugares menos cómodos, como un mosaico de Cuba en la voz de sus habitantes.
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