La demócrata Katie Hobbs fue elegida el lunes como gobernadora de Arizona, derrotando a una aliada de Donald Trump que afirmó falsamente que las elecciones de 2020 estaban amañadas y se negó a decir que aceptaría los resultados de la contienda de este año.
Hobbs saltó a la fama como una firme defensora de la legitimidad de las últimas elecciones. A sus 52 años, ganó una apuesta arriesgada, tras una campaña sin enfrentamiento directo contra la ex presentadora de noticias por televisión Kari Lake, una estrella local que impugnó la elección de Joe Biden en 2020. Hobbs lo resumió diciendo que era un enfrentamiento entre “la razón y el caos”.
Nacida en Arizona, esta ex trabajadora social era hasta ahora secretaria de Estado en esta región del suroeste de Estados Unidos, encargada de la buena marcha de las elecciones.
Su firme defensa de los resultados de las elecciones presidenciales de 2020 en Arizona, donde Biden superó a Trump por apenas 10.000 votos, aceleró su ascenso político dentro de las filas demócratas.
Durante su campaña, Hobbs fue criticada por estar involucrada en el despido en 2015 de una asistente parlamentaria negra que exigía un aumento salarial, y que ganó el juicio por discriminación.
La derrota de Kari Lake, quien se negó a dejar claro si aceptaría el resultado si le era desfavorable, supone un nuevo revés para Trump, que podría anunciar este martes su candidatura a la Casa Blanca para 2024.
Hobbs sucederá al gobernador republicano Doug Ducey, a quien las leyes de límite de mandatos le prohibieron volver a postularse. Es la primera demócrata en ser elegida gobernadora en Arizona desde Janet Napolitano en 2006.
Arizona, un antiguo bastión republicano en el que los demócratas ganaron durante la era Trump, ha sido fundamental en los intentos de Trump y sus aliados de poner en duda la victoria presidencial de Joe Biden en 2020 con falsas denuncias de fraude. Este año, muchos candidatos respaldados por Trump perdieron en las elecciones generales en estados disputados.
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