Muro azul y muro rojo: victorias demócratas en el norte y republicanas en el sur en la carrera por las gobernaciones

El mapa nacional quedó nuevamente dividido entre las regiones conservadoras y progresistas

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El Congreso de los estados Unidos (REUTERS/Tom Brenner)
El Congreso de los estados Unidos (REUTERS/Tom Brenner)

La elección de medio término del martes en Estados Unidos dejó pintados dos grandes bloques partidarios en el norte y el sur, donde demócratas y republicanos respectivamente defendieron sus bastiones a nivel de gobernadores y dejaron un reñido mapa nacional, todavía con incertidumbre en el control de las cámaras del Congreso.

En varios de los estados que limitan con Canadá, los candidatos progresistas se hicieron fuertes y mantuvieron el control del Poder Ejecutivo.

En Michigan, Pensilvania y Wisconsin, una derrota hubiese arriesgado grandes cambios, ya que los congresos estatales están bajo control republicano, que buscan grandes cambios en temas como el derecho al aborto y las elecciones justas. Pero un gobernador demócrata puede ser crucial al vetar leyes que modifiquen esos temas.

Los demócratas Gretchen Whitmer de Michigan y Tony Evers de Wisconsin fueron reelegidos, mientras que Josh Shapiro sucedió a un gobernador demócrata saliente en Pensilvania, según las proyecciones de Edison Research.

Gretchen Whitmer, Tony Evers, Josh Shapiro (AP)
Gretchen Whitmer, Tony Evers, Josh Shapiro (AP)

Ese fue el bloque azul que impulsó la victoria de Joe Biden en 2020, cuando los líderes republicanos intentaron anular esos resultados.

Los demócratas también retuvieron el poder en Minnesota, donde Tim Walz fue reelegido para un segundo mandato tras superar al republicano Scott Jensen, un médico de familia que acaparó titulares en todo el país por su escepticismo sobre las vacunas.

En Illinois, el gobernador J.B. Pritzker ganó fácilmente la reelección al vencer a Darren Bailey en una contienda caracterizada por la aspereza y los gastos excesivos. El triunfo del multimillonario empresario y filántropo de 57 años debe impulsar todavía más su imagen a nivel nacional, la cual promovió este año con un viaje a Nueva Hampshire, estado que alberga primarias anticipadas, y recaudando millones de dólares para los demócratas en todo el país.

En Nueva York, el triunfo fue algo agridulce. Si bien la demócrata Kathy Hochul se convirtió en la primera mujer en ser elegida gobernadora del estado y revalidó un cargo al que llegó en 2021 tras la renuncia de su predecesor, Andrew Cuomo, el margen es mucho menor que el acostumbrado en las últimas elecciones, y muestra un avance del Partido Republicano en esa zona.

En tanto, en Massachusetts hubo un cambio de partido. La demócrata Maura Healey venció al republicano Geoff Diehl, un exrepresentante estatal que contaba con el respaldo del expresidente Donald Trump, y le devolvió la gobernatura al partido azul tras ocho años de gobierno del conservador Charlie Baker. Además, Healey se convirtió en la primera mujer y en la primer candidata abiertamente lesbiana en ser elegida al cargo.

La marea roja

Aunque la carrera por el Congreso que parecía favorecer a los conservadores sigue abierta, el veredicto de las elecciones fue más claro en las carreras por los gobernadores de los estados republicanos, como Greg Abbott, promotor de políticas migratorias duras en Texas, o la victoria aplastante de la estrella emergente Ron DeSantis en Florida, consolidando su estatus como uno de los principales candidatos potenciales a la Casa Blanca en 2024.

En Texas, Abott fue elegido para un tercer periodo al derrotar al demócrata Beto O’Rourke en una contienda que puso a prueba el rumbo del inmenso estado republicano tras la masacre en una escuela primaria de Uvalde y una prohibición estricta al aborto.

En un estado de 29 millones de habitantes, cada vez más joven y diverso, el gobernador se hizo fuerte con un inmenso gasto récord de campaña de más de 200 millones de dólares, y capitalizó el nerviosismo en cuanto a la delincuencia y la inflación.

Greg Abbott, Ron DeSantis, Brian Kemp (Gettyimages)
Greg Abbott, Ron DeSantis, Brian Kemp (Gettyimages)

Florida, por su parte, cada vez se aleja más de ser considerado un “swing state” y se acerca a un bastión republicano.

Además de los triunfos al Senado, DeSantis ganó por amplio margen la reelección al vencer a Charlie Crist, una victoria que lo consolida como posible rival de Donald Trump en la interna conservadora. El gobernador aprovechó el poder de su cargo para reunir a la prensa, a menudo con poca anticipación, para realizar conferencias en las que pasaba una buena parte del tiempo criticando al presidente Joe Biden, a las políticas liberales y a la prensa convencional, usualmente generando grandes ovaciones. Logró atención nacional al inicio de la pandemia de coronavirus al oponerse abiertamente a los continuos confinamientos y a los requerimientos de vacunación y de uso de mascarillas, y eventualmente se mostraba ansioso por adentrarse en cualquier división cultural, incluyendo temas de inmigración, género y educación, entre otros.

En Georgia, el gobernador venció a la popular ex congresista Stacey Abrams, un estado más disputado. “Bueno, parece que los reportes de mi muerte política se habían exagerado mucho”, dijo Brian Kemp a sus seguidores en durante su discurso de victoria, por veces desafiante, tras dos años de problemas que habían amenazado sus opciones de reelección. El republicano indicó que su campaña, durante la cual rebajó impuestos y ofreció dinero a los votantes mientras atacaba a Abrams por no respaldar suficientemente a la policía, fue una receta para el éxito republicano en el estado.

Otras victorias fueron más claras para los republicanos. En Alabama, la gobernadora Kay Ivey ganó fácilmente un segundo periodo en el cargo al vencer a la demócrata Yolanda Flowers, quien fue la primera mujer de raza negra en ser nominada por uno de los dos partidos principales para la gubernatura del estado.

En Carolina del Sur, uno de los estados más conservadores del país, el senador Tim Scott fue reelegido y se impuso sin problemas a su rival demócrata.

En Tennessee, Bill Lee obtuvo la reelección, conservando el control republicano de un gobierno que no ha estado en manos demócratas durante más de una década. Lee, un empresario y granjero, venció al demócrata Jason Martin para asegurar un nuevo periodo de cuatro años.

En Arkansas, la ex secretaria de prensa de la Casa Blanca Sarah Sanders fue elegida como gobernadora de Arkansas, convirtiéndose en la primera mujer en tomar las riendas del gobierno estatal y la funcionaria de mayor rango del gobierno de Trump en ser elegida. Hija de un ex gobernador, venció al demócrata Chris Jones en un estado donde Trump sigue siendo popular, y durante la campaña rompió los récords locales de recaudación.

Por su parte, Kevin Stitt venció en Oklahoma una contienda más complicada de lo esperado, superando a la demócrata Joy Hofmeister, quien gastó millones de dólares en anuncios para atacar a su adversario.

(Con información de AP, EFE)

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