Elon Musk adquirió el dominio total de Twitter el último jueves y, desde entonces y fiel a su estilo, solo ha generado un sinfín de polémicas en torno a ello.
El mismo día que se conoció la noticia, disolvió el directorio de la compañía, lo que resultó en el despido de Bret Taylor, Parag Agrawal, Omid Kordestani, David Rosenblatt, Martha Lane Fox, Patrick Pichette, Egon Durban, Fei-Fei Li y Mimi Alemayehou. Ahora, a menos de una semana de esto, el nuevo director desembarcó en las oficinas de San Francisco rodeado de su equipo de expertos de sus otras compañías.
Según informaron medios con fuentes al interior de la compañía, Musk trabaja con 50 empleados -principalmente ingenieros de software- de Tesla, Boring y SpaceX. Ante esto, creció el temor por inminentes despidos entre la plantilla de trabajadores de Twitter. A pesar de que el principal abogado de la compañía, Sean Edgett, había comunicado que no había planes de ello a gran escala, el Washington Post advirtió que la plantilla se disminuiría en un 75 por ciento, hasta las 2.000 personas.
El empresario junto a sus asesores -su abogado personal Alex Sapiro, el inversor en tecnología Jason Calacanis y el jefe de la compañía familiar Jared Birchall- han comenzado una ronda de entrevistas con los trabajadores en las que buscan informarse sobre el funcionamiento de los algoritmos y el control de contenidos, junto a la dinámica de trabajo y las funciones de cada empleado. Así, “la amenaza de despido pende si no se consigue impresionarlos”, afirmó una fuente a la cadena CNBC.
A la par de estos cambios que Musk estudia al interior de su equipo, también está analizando nuevas opciones dentro de la aplicación que le permitan monetizar el uso. Esta idea surge de la necesidad del empresario de lograr una rentabilidad de la red que le permita cancelar la deuda que contrajo con una serie de bancos, para la adquisición de la plataforma.
Sin embargo, según el Financial Times, estos planes podrían demorarse un poco más de lo que Musk pretende, por lo que los bancos Morgan Stanley, Bank of America y Barclays -que prestaron USD 12.700 millones- ya cuentan con un reescalonamiento de la deuda hasta principios del próximo año o, inclusive, más adelante.
En ese sentido, el CEO necesita un plan de negocio claro que dé una alta rentabilidad, en una compañía que pasó ocho de sus últimos diez años con números en rojo.
Qué esperar de los cambios en Twitter
Elon Musk anunció este martes una idea muy rumoreada en el último tiempo. Se trata de la versión “premium” de Twitter que, entre otras cosas, permitirá a las personas obtener el signo de verificación y una etiqueta secundaria debajo del nombre de figuras públicas -como ya ocurre con políticos-.
El precio en Estados Unidos, según dio a entender, será de USD 8 mientras que, en el resto del mundo será “ajustado por país, en proporción al poder adquisitivo”.
“Poder al pueblo”, escribió el empresario para presentar su plan que, afirma, busca cambiar el actual sistema “de siervos y señores”. Además, esta versión incluirá prioridad en las respuestas, menciones y búsquedas -”algo esencial para combatir el spam”-; posibilidad de postear videos y audios más largos; e incluirá la mitad de los anuncios. A su vez, los anunciantes tendrán un “muro de pago”.
Musk anunció que con estos ingresos planea, también, recompensar a los creadores de contenido quienes “necesitan ganarse la vida”.
Hasta ahora, la intención de cobrar por servicios extra en Twitter fue poco exitosa. Tiempo atrás se lanzó la versión Blue que está disponible en Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelanda y Australia y cuesta 4,99 dólares. Entre otras cosas, esta opción permite la edición de tuits y una navegación más personalizada.
Este mensaje provocó la indignación de celebridades en la red social como Stephen King -uno de los autores más leídos de EE.UU y el mundo- quien escribió: “A la mierda, deberían pagarme a mí” y amenazó con salirse de la red.
(Con información de EFE)
Seguir leyendo: