La Casa Blanca denunció este sábado la reciente decisión de Rusia de retirar su participación en el acuerdo de exportación de granos ucranianos. En ese sentido, la vocera del Consejo de Seguridad Nacional, Adrienne Watson, acusó al país de utilizar los alimentos como “armas” ya que la decisión podría empujar al mundo a una crisis global alimentaria.
“Rusia nuevamente está tratando de usar la guerra que comenzó como un pretexto para convertir los alimentos en armas, impactando directamente a las naciones necesitadas y los precios mundiales de los alimentos, y exacerbando las crisis humanitarias y la inseguridad alimentaria que ya son graves”, expresó en un comunicado.
Por su parte, en diálogo con los medios, el presidente Joe Biden denunció que la medida fue “escandalosa” y que “no había razones” para que Moscú avanzara con la decisión.
Horas atrás, el Ministerio de Defensa ruso había anunciado en su canal de Telegram su retirada del acuerdo alcanzado meses atrás. “Considerando la acción terrorista del régimen de Kiev con participación de expertos británicos contra la flota del mar Negro y contra buques civiles que brindan seguridad a los corredores de granos, Rusia suspende su participación en la aplicación del acuerdo sobre las exportaciones de productos agrícolas desde puertos ucranianos”, escribió.
Por su parte, el gobierno de Ucrania acusó a Rusia de abandonar la iniciativa para la exportación crucial de granos, amparado en el “falso pretexto” de un ataque en Sebastopol (Crimea).
Sin embargo, el ministro de Exteriores ucraniano Dmitro Kuleba no se mostró sorprendido al respecto ya que “habíamos advertido ya sobre los planes de Rusia para arruinar la iniciativa para el Grano del Mar Negro”.
“Ahora Moscú utiliza un pretexto falso para bloquear el corredor de cereales que garantiza la seguridad alimentaria de millones de personas”, continuó el mensaje en su cuenta de Twitter.
La ONU también manifestó su preocupación por el cese del pacto, que en poco tiempo tuvo “un impacto positivo” en la distribución de alimentos para millones de personas de todo el mundo, con cerca de nueve millones de toneladas de grano. Así, llamó a las partes involucradas a hacer todo lo posible por preservar el acuerdo. “Es vital que todas las partes se abstengan de cualquier acción que pueda poner en peligro el Acuerdo de Granos del Mar Negro”, dijo Stéphane Dujarric, portavoz del Secretario General de la organización.
Desde un primer momento, el organismo demostró su apoyo “inquebrantable”, según había declarado Antonio Guterres.
Rusia y Ucrania habían logrado este pacto en julio pasado con la mediación de Turquía y las Naciones Unidas. Es por ello que una coalición de personal turco, ucraniano y de la ONU eran los encargados de supervisar la carga de granos en los buques en los puertos de Odesa, Chernomosk y Pivdeny -en Ucrania-, antes de navegar por una ruta ya designada a través del Mar Negro.
Así, los barcos se dirigían hacia el estrecho de Bósforo, en Turquía, donde había un equipo de coordinación conjunto entre los tres países y el organismo, donde se garantizaba que los barcos que ingresaran en Ucrania no tuvieran armas o material de combate.
Junto a esto, el acuerdo incluía un permiso para la exportación de fertilizantes rusos que, en su conjunto, serían clave para evitar una crisis alimentaria global y un alza en el precio de productos como el trigo.
“Si la comida y los fertilizantes no llegan ahora mismo, nos espera un efecto dramático en la producción y los costes alimentarios. Ahora mismo hay una crisis sobre el precio. Podría convertirse en una crisis de disponibilidad”, había alertado el Secretario General entonces.
(Con información de AFP)
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