Un informe de Estados Unidos ha revelado este viernes que el Ejército de Rusia ha perdido desde el pasado 24 de febrero cerca de 6.000 unidades de material militar y que no tiene capacidad para reponer ni fabricar la tecnología perdida en el frente debido al efecto de las sanciones occidentales contra la industria rusa.
Ya en mayo, Washington comenzó a detectar falta de suministro crítico en las filas rusas, especialmente de motores diésel, partes de helicópteros, así como aviones o tanques blindados. La capacidad de Rusia de fabricar armas de precisión también se ha visto afectada por el veto a la exportación, según un informe de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional
De esta forma, Moscú empieza a notar los efectos de las sanciones ante, por ejemplo, la escasez de rodamientos para material militar. Así, según el informe, del que se ha hecho eco el diario ‘The New York Times’, los servicios de Inteligencia rusos están adquiriendo “ilícitamente” tecnología, al tiempo que recurren a otros países, como Irán y Corea del Norte.
De hecho, el secretario adjunto del Departamento del Tesoro estadounidense, Wally Adeyemo, ha explicado este viernes que “Rusia no puede acceder a tecnología avanzada”, lo que “obstaculiza la capacidad de su industria de defensa para producir armas, así como para reemplazar las que han sido destruidas en la guerra”.
“Dos de los mayores fabricantes nacionales de microelectrónica de Rusia han tenido que detener temporalmente la producción debido a la falta de tecnologías extranjeras críticas”, ha precisado en un comunicado del Departamento del Tesoro.
Adeyemo ha anunciado que la Oficina de Control de Activos Extranjeros ha emitido directrices que alertan de que las sanciones se podrían extender a todas aquellas personas, empresas o países que proporcionen municiones a Rusia o apoyen el complejo militar-industrial de Rusia.
Entretanto. el presidente ruso, Vladimir Putin, dijo este viernes que no prevé “en lo inmediato” nuevos ataques “masivos” en Ucrania, tras los lanzados a inicios de semana en represalia de la destrucción parcial del puente de Crimea, de la que acusa a Kiev.
“En lo inmediato no son necesarios nuevos ataques masivos. Actualmente hay otros objetivos. Por el momento. Ya veremos después”, declaró el mandatario en una conferencia de prensa tras una cumbre regional en Kazajistán, asegurando que su objetivo no es “destruir Ucrania”. El jefe de Estado dijo que destruyó la mayoría de los objetivos que tenía como represalia por los daños que sufrió el puente de Crimea.
Indicó también que no ampliará la movilización “parcial” de efectivos que anunció hace tres semanas tras los reveses militares sufridos en Ucrania; y que 222.000 hombres fueron movilizados hasta ahora. “No hay nada más previsto. No se ha recibido ninguna propuesta del Ministerio de Defensa y no veo la necesidad de hacerlo en un futuro previsible”, declaró Putin, al tiempo que agregó que preveía finalizar la movilización “en 15 días”.
También manifestó que no ve “la necesidad” de hablar con su homólogo estadounidense, Joe Biden, incluso en el marco de la cumbre del G20. “No veo la necesidad, actualmente no hay ninguna plataforma de negociaciones”, manifestó, antes de añadir que no había decidido aún si acudirá a la cita prevista en noviembre en Indonesia.
Por último, reconoció que los países de la antigua Unión Soviética estaban “preocupados” por la invasión a Ucrania, tras una reunión con sus líderes en una cumbre en Kazajistán. “Por supuesto, los socios están interesados, pero también preocupados por el futuro de las relaciones entre Rusia y Ucrania”, admitió durante la rueda de prensa. “Pero eso no afecta en nada la forma, la calidad y la profundidad de las relaciones de Rusia con esos países”, aseguró.
(Con información de Europa Press)
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