“Lamentablemente esta mañana tres escuelas fueron objeto de amenazas falsas de tiroteo”, dijo el jefe de la policía para las escuelas en Miami-Dade, Edwin López. No obstante, en el momento de recibirlas fue necesario interrumpir las clases para comprobar si era algo cierto, mientras los estudiantes enviaban mensajes a sus padres y la comunidad entera se preocupaba.
“Esta mañana, por precaución y por la seguridad de nuestros estudiantes y personal, todas las escuelas secundarias del distrito fueron puestas en alerta de seguridad mientras las fuerzas del orden investigaban las amenazas a varios campus”, agregaron las autoridades del condado de Broward, al norte de Miami. También allí se comprobó que las amenazas eran infundadas.
La policía cree que las falsas amenazas recibidas están relacionadas con el juicio de Nikolas Cruz, que entró en su etapa final, por el asesinato de 17 personas en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas, de Parkland, el 14 de febrero de 2018.
“Estas amenazas falsas suponen un gran problema para las fuerzas del orden, porque agotan nuestros recursos”, subrayó López. “Tenemos tolerancia cero para esa actividad que nos ha afectado históricamente nos hemos visto afectados por esto. Hace un par de años, justo después de Parkland, tuvimos una gran cantidad de llamadas falsas”.
Si bien habían cesado tras una campaña local en la que participó el FBI, desde que comenzaron las clases del ciclo 2022-2023, hace casi dos meses, recrudecieron. “Estamos recibiendo la misma oleada de llamadas de nuevo”, dijo López. Además del trauma por los hechos en Parkland, en las comunidades de la Florida, fuertemente latinas, resuenan todavía las noticias de la masacre del 24 de mayo en una escuela primaria de Uvalde, Texas, donde la población es principalmente de inmigrantes y sus hijos.
Entre las escuelas afectadas en Miami se destacan el secundario Ronald Reagan, en Doral, una localidad con mucha población venezolana, y en los de Miami Central, Charles W. Flanagan, Dillard y West Broward. Todas quedan a aproximadamente una hora de distancia de la institución donde ocurrió la masacre de Parkland.
Los canales locales de televisión transmitieron en directo y mostraron a madres y padres alterados en las puertas de los establecimiento, pidiendo a la policía que les permitiera entrar a buscar a sus hijos. Aun cuando se comprobó la falsedad de las amenazas, el desasosiego afectaba a las familias.
“Cuando salió la llamada original yo caminaba por la escuela”, dijo el oficial encargado de la seguridad en Ronald Reagan High School. “Informé a la operadora que aquí no había ningún problema. Pero de todas maneras tenemos que pasar por lo que están viendo ahora”. Se refería al confinamiento de los estudiantes y los profesores y la congregación de padres y madres en la calle, mientras la policía investigaba.
Al menos una de las llamadas fue realizada desde el extranjero. Horas más tarde las escuelas regresaron a su funcionamiento normal.
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