Pablo Lyle, el famoso actor mexicano de 35 años, protagonista entre otras de la novela “La Sombra del Pasado”, tenía aparentemente todo en la vida. Una carrera exitosa entre México y Miami, una esposa y un pequeño hijo. La revista People lo había nombrado entre las 50 personas más bellas del mundo, y Netflix lo bucaba para protagonizar una serie en inglés. Pero todo cambió el 31 de marzo de 2019.
Lyle acababa de pasar diez días de vacaciones en Miami y se disponía a volver con su familia a la Ciudad de México. Su cuñado, Lucas Delfino, conducía el automóvil en el que los Lyle se dirigían al aeropuerto. Pero en el camino, Delfino tomó la salida equivocada en la autopista. Tratando de remediar el error, cruzó de mala manera delante de otro automóvil.
Detrás del volante del otro automóvil se encontraba Juan Ricardo Hernández, quien en aquel momento tenía 63 años. Hernández era oriundo de Boyeros, un barrio pobre de La Habana, en Cuba. Desde 2011 vivía exiliado en Miami, donde trabajaba en el aeropuerto cargando bandejas de comida en carros para aviones.
En el siguiente semáforo, Hernández se bajó de su automóvil muy enojado y golpeó la ventana de la camioneta de Delfino. Acto seguido, Delfino se bajó de su vehículo y los dos hombres comenzaron a gritarse, pero como Delfino no había estacionado su camioneta antes de bajarse, el vehículo empezó a moverse y el conductor corrió para frenarlo. Es en este momento que Pablo Lyle, quien se encontraba en el asiento delantero del pasajero, se baja y se entremete en la pelea.
Según una testigo que declaró durante una audiencia en 2019, Lyle se bajó de manera hostil y corrió con los puños cerrados. La misma testigo declaró que Hernández levantó sus manos como para bloquear un golpe, y gritó en español “No me golpees”, mientras Lyle corría. Lyle le dio un golpe a Hernández, se volvió a subir a la camioneta y junto a su familia se retiró del lugar.
Pero cuando Hernández recibió el puñetazo, se cayó y golpeó su cabeza contra el suelo, generando esto una fractura de cráneo. Los testigos llamaron una ambulancia y Hernández fue trasladado a un hospital de la zona.
Mientras tanto, minutos más tarde, Lyle fue detenido en el aeropuerto bajo cargos de agresiones. Pero lo que realmente complicó su situación es que cuatro días después, en el hospital, Hernández moría por traumatismo craneal. Desde entonces recaen sobre él cargos de homicidio involuntario.
Los abogados de Lyle intentaron desestimar los cargos bajo el amparo de la ley de defensa propia. Lyle alegó cuando vió a Hernández golpear el auto en el que su familia se encontraba, temió por la integridad de los suyos. El juez desestimó el pedido.
Hoy, finalmente, a tres años de los acontecimientos, comienza el juicio en Miami tras la selección del jurado realizada los último dos días. La fiscalía y la defensa dan hoy sus alegatos iniciales y con el correr de los días se irán escuchando los testimonios de los testigos. De ser encontrado culpable, el actor pudiera pasar décadas en prisión.
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