Parte de los secretos de la cocina gourmet pasan por la variedad de colores en el plato. Y los cocineros (profesionales y amateurs) de los Estados Unidos ahora podrán agregar una nueva variante a los diversos colores de tomates que ya existen: los violeta.
Se ven en los supermercados variantes tradicionales rojas, algunas amarillas, inclusive naranjas y hasta verdes de tomates, pero por primera vez en este país se podrán conseguir tomates y semillas de una variedad genéticamente modificada de color violeta.
El departamento de agricultura del gobierno nacional (USDA por sus siglas en inglés) firmó la aprobación para que esta variante ingrese al país. Según documentan en un reporte de la planta de ciencias de Norfolk, esta variedad genéticamente modificada es rica en antocianina, un pigmento con propiedades antioxidante presente en las moras y los arándanos.
Desde la planta de ciencias de Norfolk, donde desarrollaron esta variedad, aseguran que es un hito en la comida genéticamente modificada por el agregado de la antocianina, un componente que resulta atractivo para aquellos buscando comer de manera más inteligente. Además, afirman que la modificación no cambia en nada los cuidados que los agricultores tiene que darle a las plantas para obtener el fruto.
El fruto se desarrolló hace casi 15 años, en 2008, basado en un pigmento que se encuentra en flores. Desde entonces el USDA ha estado estudiando esta variante. La aprobación de alimentos genéticamente modificados no se toma a la ligera.
“Estas noticias son fantásticas. No creía que este día llegaría. Estamos hoy un paso más cerca de mi sueño de compartir los tomates violetas que son tan saludables con mucha más gente”, expresaba Cathie Martin, una profesora del instituto John Innes, responsable del desarrollo de este fruto.
El estudio del departamento de agricultura se basó en el impacto que la nueva variante puede tener en el terreno y sobre otras plantas ya existentes en los Estados Unidos. Los oficiales de salud son los que evaluaron el efecto que el alimento tiene sobre los humanos que lo consumen. Suele ser mucho más rápido el estudio de las autoridades de salud que aquel realizado por las autoridades de agricultura.
Según los desarrolladores, no solo se trata de la antocianina, sino que los alimentos con distintos pigmentos suelen producir diversos balances entre niveles de azúcar y acidez, sobre todo en el caso de los tomates. Por ejemplo, los tomates naranjas o amarillos, suelen tener un sabor menos ácido que los tomates rojos.
Si bien se ha logrado la aprobación a nivel federal, por un tema de tiempos de importación se calcula que recién a comienzos de 2023 estén disponibles este tipo de tomates en los supermercados de los Estados Unidos. En principio se venderán tomates de este tipo producidos en el exterior, especialmente en el Reino Unido donde está el mayor mercado hasta ahora, pero con el ingreso de las semillas comenzará a haber producción local.
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