El cantante de R&B R. Kelly fue declarado culpable el miércoles en su último juicio en un tribunal federal de Estados Unidos por cargos de atraer a niñas menores para tener relaciones sexuales con él, si bien no fue hallado culpable de obstruir un caso estatal del 2008 que terminó con su absolución, según reportes de prensa.
Kelly, cuyo nombre completo es Robert Sylvester Kelly, fue declarado culpable de seis de los 13 cargos que enfrentó en el juicio, informó CBS Chicago.
En junio, el artista fue sentenciado a 30 años de prisión, nueve meses después de que fuera declarado culpable por cargos federales de crimen organizado y tráfico sexual tras años de usar su fama para captar a sus víctimas — algunas de ellas solo niñas — de las que abusó sexualmente.
“R. Kelly Kelly es un depredador. Esta es una victoria para sus víctimas, la justicia y para los futuros sobrevivientes de agresión sexual”, dijo Breon Peace, fiscal federal, tras la sentencia.
Muchos piensan que la condena de Kelly en Nueva York no puede entenderse sin el movimiento #MeToo. Ha sido el primer juicio sobre abusos sexuales en el que la mayoría de las denunciantes eran mujeres negras.
También es la primera vez que Kelly es condenado tras años de rumores de abusos a mujeres y niñas.
La fiscalía tenía que demostrar la culpabilidad de Kelly por crimen organizado, una acusación comúnmente relacionada con la mafia, considerado el capo de un grupo de colaboradores que facilitaron los abusos.
Con 45 testigos, entre ellos las 11 víctimas, la acusación demostró el intrincado patrón criminal que el artista tejió, amparado en su fama, para aprovecharse de mujeres y jóvenes adolescentes para su propia satisfacción sexual.
Las historias de las acusadoras mostraron un patrón de conducta: muchas de las presuntas víctimas dijeron haber conocido al cantante en conciertos o actuaciones en centros comerciales, y que su séquito les entregó papelitos con el contacto de Kelly.
A cambio recibían la promesa de que las ayudaría con su carrera musical.
Pero según la fiscalía, todas fueron “adoctrinadas” en el mundo de Kelly, preparadas para mantener relaciones sexuales a su antojo y controladas mediante “medios coercitivos”, como el aislamiento y medidas disciplinarias crueles, como lo demostraron algunas grabaciones escuchadas durante el juicio.
La prueba principal de la acusación es la relación que mantuvo Kelly con la cantante Aaliyah.
Kelly escribió y produjo su primer álbum -- “Age Ain’t Nothin’ But A Number” -- antes de casarse ilegalmente con ella cuando ella tenía 15 años porque temió haberla dejado embarazada.
Un antiguo representante reconoció en el juicio que sobornó a un funcionario para obtener documentos falsos y poder casarse, un matrimonio que fue posteriormente anulado.
(Con información de Reuters)
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