El Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, anunció este jueves una nueva e importante ayuda militar por valor de más de 2.000 millones de dólares para Ucrania y otros países europeos amenazados por Rusia, mientras el Departamento de Defensa anunció otra partida por 675 millones.
Blinken dijo que la administración Biden proporcionará 2.000 millones de dólares en ayuda militar a largo plazo a Ucrania y a 18 de sus vecinos, incluidos los miembros de la OTAN y los socios de seguridad regional “más potencialmente en riesgo de una futura agresión rusa”. Según indicó el Departamento de Estado, se trata de préstamos y subvenciones para que Ucrania y sus vecinos compren material militar estadounidense.
Esto se suma a un paquete de 675 millones de dólares en armamento pesado, munición y vehículos blindados sólo para Ucrania que el Secretario de Defensa, Llloyd Austin, anunció antes el jueves en una conferencia en Alemania. “Se trata de la vigésima entrega de equipo de las reservas estadounidenses para Ucrania por parte de la administración Biden desde el pasado mes de agosto”, dijo Austin.
Las contribuciones elevan el total de la ayuda estadounidense a Ucrania a 15.200 millones de dólares desde que la administración asumió el cargo. Los funcionarios dijeron que los nuevos compromisos pretendían mostrar que el apoyo estadounidense al país frente a la invasión de Rusia es inquebrantable.
En una nueva ronda de conversaciones con sus socios en Alemania, Austin afirmó que Kiev no sólo está resistiendo a los invasores rusos, sino que está montando una contraofensiva en el sur.
“Es oportuno que nos reunamos de nuevo aquí en Ramstein”, dijo, en referencia a la base aérea estadounidense en el oeste de Alemania, donde tuvo lugar la primera de las reuniones del “Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania” sobre la coordinación del apoyo armamentístico a Kiev. “Ahora, estamos viendo el éxito demostrable de nuestros esfuerzos comunes en el campo de batalla”, dijo, subrayando que los aliados están en esto “a largo plazo”.
La reunión se produjo horas después de que el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, dijera que sus fuerzas habían reconquistado de los rusos varios asentamientos en la región nororiental de Kharkiv. Ucrania también ha afirmado que ha recuperado varias aldeas en el sur del país, donde lleva a cabo una contraofensiva desde la semana pasada.
Además, se produjo un día después de que continuaran los bombardeos cerca de la central nuclear ucraniana de Zaporizhzhia, la mayor de Europa, y de que los bandos enfrentados volvieran a intercambiar culpas en medio de las graves advertencias del organismo de control atómico de la ONU para la creación de una zona segura que evite una catástrofe.
También el miércoles, Estados Unidos acusó a Moscú de interrogar, detener y deportar por la fuerza a cientos de miles de ucranianos a Rusia. Los funcionarios rusos rechazaron inmediatamente la afirmación como “fantasía”.
Entre las cuestiones que se plantearán en Ramstein se encuentran los retos de la producción y el reabastecimiento de armas, ya que “hay un consumo significativo de municiones en la conducción de esta guerra que está ocurriendo en Ucrania”, dijo el alto general estadounidense Mark Milley.
El objetivo sería estudiar qué existencias están disponibles en qué países y qué habría que obtener de la industria, dijo.
La artillería está siendo decisiva en la guerra y los proyectiles de todo tipo tienen una gran demanda. Dado que Ucrania y Rusia están librando una guerra de desgaste de municiones, las existencias son también un factor crucial. Al haber agotado ya todo su armamento de fabricación rusa, Ucrania depende ahora totalmente del apoyo militar occidental.
Rusia, sometida a fuertes sanciones, recurre mientras tanto a Corea del Norte para obtener grandes cantidades de cohetes y proyectiles de artillería, según Washington.
Estados Unidos ha sido el mayor proveedor de armamento de Ucrania. Su último paquete incluiría obuses de 105 mm, cohetes GMLRS guiados de precisión y munición de artillería. Se suma a los 13.500 millones de dólares en armamento diverso, incluyendo misiles antitanque Javelin y proyectiles compatibles con los sistemas de artillería de la OTAN.
Entre las armas más eficaces enviadas últimamente por Washington se encuentran los sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes HIMAR, emparejados con cohetes GMLRS que pueden alcanzar objetivos a una distancia de hasta 80 kilómetros (50 millas).
Pero Kiev busca el ATACMS, un misil táctico de precisión y medio alcance que puede ser lanzado por los sistemas HIMAR y que es capaz de golpear a 300 kilómetros. Hasta ahora, Estados Unidos se ha negado, ya que teme que los misiles puedan caer en territorio ruso, desencadenando un conflicto aún mayor. “Ahora mismo, la política del gobierno de Estados Unidos es que no vamos a enviar ATACMS”, dijo Milley. “Hemos tenido esta conversación varias veces con mi homólogo y otros en el gobierno ucraniano”.
Por el contrario, señaló que los HIMARS y los GMLRS han “demostrado ser sistemas muy, muy eficaces” contra las fuerzas rusas. “El alcance de los HIMARS es suficiente para satisfacer las necesidades de los ucranianos en su lucha actual”, añadió.
El portavoz del mando estadounidense, Dave Butler, también valoró que, aunque Rusia estaba disparando su artillería a un ritmo superior al de Ucrania, las de Kiev “son más eficaces”.
(Con información de AFP y AP)
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