Por sexto mes consecutivo y con sus niveles más bajos desde 2016, la venta de casas nuevas en Estados Unidos se desplomó durante el mes de julio debido a las elevadas tasas de interés hipotecario y los altos precios de las viviendas.
Según datos del Departamento de Comercio publicados el martes, se vendieron 511.000 casas el mes pasado en proyección anual, 12,6% menos que en junio y casi 30% menos que hace un año.
La caída de precios se registró en 30 de las cincuenta áreas metropolitanas más grandes de EEUU. La mayor caída de precios ocurrió en California (específicamente en las ciudades de San José y California), Arizona (en Phoenix), y Texas (en Austin).
La cifra está muy por debajo de las proyecciones de los analistas que esperaban una pequeña caída de 575.000 compraventas.
El mercado inmobiliario sufre por el incremento de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal, que busca enfriar la economía para combatir la inflación.
La mediana de precios para casas nuevas alcanzó los 439.400 dólares frente a 414.900 en junio, y el precio promedio volvió a ubicarse por encima de los 500.000 dólares.
Las ventas de viviendas usadas, que representan 80% del mercado inmobiliario estadounidense en volumen, también bajaron fuertemente en julio.
Según la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios la contracción para adquirir residencias de segunda mano cayó en 5,9 por ciento en julio y un 20,2 en comparación con el mismo mes de 2021.
Analistas en Estados Unidos sugieren que detrás de la caída podría estar que muchos compradores estarían pensándolo mejor por el alza de precios en general que se ha reflejado en la vivienda bajo la situación de inflación actual, la más alta en 40 años.
En ciudades como San Francisco, California, el costo promedio de una propiedad se dispara hasta los $1,3 millones de dólares, mientras que el promedio a nivel nacional es de $222,000 dólares.
No obstante, existen estados en donde el promedio del costo de una vivienda no pasa los $200,000 dólares, siendo estos los lugares más baratos para adquirir una propiedad.
El incremento en los precios de la gasolina, los alimentos y el alquiler catapultó la inflación de junio en Estados Unidos a su mayor nivel en cuatro décadas, elevando la presión sobre los hogares.
Los precios al consumidor en junio se dispararon 9,1% en comparación con el año anterior, el mayor aumento anual desde 1981, y más que el alza de 8,6% de mayo.
(Con información de EFE y Reuters)
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