Viruela del mono en EEUU: la FDA toma medidas para aumentar la disponibilidad de vacunas

El organismo recibió la habilitación para autorizar el uso de emergencia de los inoculantes

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Alarma por incremento de casos de viruela del mono
Alarma por incremento de casos de viruela del mono

El secretario de Salud de EEUU, Xavier Becerra, tomó medidas este martes que permitirán al comisionado de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) conceder autorizaciones de uso de emergencia de las vacunas contra la viruela del mono, tras la declaración del 4 de agosto de una emergencia sanitaria por el aumento de contagios.

En concreto, Becerra emitió una determinación en virtud de la Sección 564 de la Ley Federal de Alimentos, Medicamentos y Cosméticos (FD&C), según la cual las circunstancias justifican la autorización de uso de emergencia de las vacunas.

“La semana pasada, declaré la viruela del mono como una emergencia de salud pública para desbloquear herramientas adicionales que nos ayudarán a contener y poner fin a este brote y para señalar al pueblo estadounidense que estamos llevando nuestra respuesta al siguiente nivel”, señaló Becerra según un counicado del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos (HHS). “La acción de hoy permitirá a la FDA ejercer autoridades adicionales que pueden aumentar la disponibilidad de las vacunas para prevenir la viruela del mono, mientras se sigue garantizando que la vacuna cumple con altos estándares de seguridad, eficacia y calidad de fabricación.”

Esta acción es el último paso que la Administración Biden-Harris ha dado para responder al actual brote del virus de la viruela del mono en Estados Unidos, donde ya se han registrado miles de casos aunque, de momento, ninguna muerte.

Hasta la fecha, el HHS ha puesto a disposición más de 1,1 millones de dosis de la vacuna JYNNEOS y, hasta ahora, ha enviado a pedido más de 620.000 dosis. El HHS también ha puesto a disposición de los estados y otras jurisdicciones la vacuna contra la viruela ACAM2000 y el tratamiento contra la viruela TPOXX. A través de asociaciones con los mayores laboratorios comerciales del país, la capacidad de pruebas ha aumentado rápidamente a más de 80.000 por semana mientras el HHS sigue comunicando importantes mensajes de salud pública y sensibilizando a las principales partes interesadas.

Una persona recibe una dosis de la vacuna Jynneos (REUTERS)
Una persona recibe una dosis de la vacuna Jynneos (REUTERS)

La viruela del mono recibió ese nombre en 1958 cuando se detectó en varios simios de laboratorio en Dinamarca. En 1970 se detectó el virus en seres humanos. Se la considera como una enfermedad vírica zoonótica, lo que significa que puede transmitirse de los animales a los humanos. También puede transmitirse de humano a humano. Se sabe que la enfermedad se transmite por contacto directo con las lesiones de un paciente infectado o por superficies contaminadas por las mismas, pero aún se sabe poco sobre la posible presencia de virus en otras muestras biológicas, como saliva, orina o semen.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, los síntomas de la viruela símica suelen ser fiebre, dolor de cabeza intenso, dolores musculares, dolor de espalda, poca energía, inflamación de los ganglios linfáticos y erupciones o lesiones en la piel. La erupción suele comenzar en el primer o tercer día de la aparición de la fiebre. Las lesiones pueden ser planas o ligeramente elevadas, llenas de un líquido claro o amarillento, y luego forman una costra, se secan y se caen.

El número de lesiones varía, desde unas pocas hasta varios miles. La erupción suele aparecer en la cara, las palmas de las manos y las plantas de los pies. También pueden aparecer en la boca, los genitales y los ojos.

En la mayoría de los casos, los síntomas de la viruela del mono desaparecen por sí solos en unas pocas semanas, pero, en entre el tres y el seis por ciento de los casos registrados en países donde es endémica, puede dar lugar a complicaciones médicas e incluso a la muerte. Los recién nacidos, los niños y las personas con deficiencias del sistema inmunitario pueden correr el riesgo de padecer síntomas más graves y morir a causa de la enfermedad.

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