La visita reciente a Taiwán de Nancy Pelosi, nada menos que la tercera persona en la línea sucesoria presidencial, presidente de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos y figura emblemáticas del partido demócrata de la administración Biden generó no sólo un disgusto diplomático para el gobierno de Xi Jinping sino que dio lugar a nuevas opciones estratégicas chinas que escalaron a la confrontación dialéctica de los últimos días entre Washington y Beijing.
Luego de que Pelosi se marchara de la zona, los ejercicios militares chinos incluyeron el lanzamiento de nueve misiles de precisión al Mar circundante de Taiwán, ante ello Japón elevó una dura queja diplomática y el Secretario Antony Blinken, declaró en las primeras horas del jueves que Washington espera y desea que China no escale una crisis innecesaria tras la visita de la funcionaria estadounidense.
En el escenario militar los últimos eventos profundizaron lo que ya tenía ribetes de una crisis diplomática aguda e innegable pero que amenaza en tornarse aún más compleja. Sin embargo, Estados Unidos tiene muy presente que permitir a China tomar la delantera no es una opción válida, Beijing es un oponente político y económico serio que además dispone de poder tecnológico importante y no está dispuesto a conceder ventajas específicamente en el nuevo y moderno campo de batalla: el ciberespacio.
El Departamento de Estado dispone de un plexo amplio de información sobre varios socios cibernéticos apoyados por Beijing que tienen como estrategia tomar acciones concretas con el fin de atacar las vulnerabilidades que Washington podría ofrecer y que son públicamente conocidas, especialmente en sus dispositivos de red y enrutadores de empresas que mueven operaciones comerciales por miles de millones de dólares, pero también de compañías privadas contratadas a través de sistemas de tercerización por oficinas públicas y así causar problemas serios que comprometan a las empresas de telecomunicaciones que proveen los servicios de red a oficinas de gobierno incluidas las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. Esta advertencia fue distribuida por el FBI ayer viernes a otras agencias de gobierno en lo que configuró el aviso más serio en materia de seguridad cibernética estadounidense desde la Guerra Fría con la ex-URSS.
Según Washington existen grupos ciber-criminales cercanos a China que intentan infiltrar asiduamente esos objetivos mediante el uso de códigos de explotación disponible públicamente contra los servicios de redes privadas virtuales (VPN) y lo propio con aplicaciones públicas, aunque sin usar sus conocidos programas de malware ya identificados y neutralizados por las autoridades federales. El informe de alerta distribuido por el FBI refiere a que están procurando operar a través de actualizaciones más modernas que convierten a los sistemas sin actualizar en vulnerables.
La administración Biden trabaja arduamente a través de sus agencias de seguridad en esos tópicos desarrollando estrategias tecnológicas de defensa sobre los sistemas más factibles de ser vulnerados. Esa actividad se ha convertido en esencial para mantener la iniciativa y el control en materia de las nuevas amenazas criptográficas para proteger las comunicaciones digitales y transacciones financieras en red. Esos modernos sistemas trabajan con computadoras cuánticas, lo que brinda un análisis preventivo y la defensa de intrusión denominado criptoanálisis, la modalidad previene y neutraliza importantes riesgos de seguridad nacional, económicos y de seguridad cibernética ante un oponente como Beijing que dispone de capacidades para causar daño a las redes privadas y gubernamentales estadounidenses.
Para la administración Biden, no se trata de cuál es la capacidad de los ciber-criminales para operar computadoras criptoanalíticamente ofensivas. Según la Casa Blanca la tecnología cuántica está al alcance de Estados Unidos para neutralizar ataques de gran envergaduras y proporciona el rango más amplio de defensa a los ataques cibernéticos que pretendan dañar sus estructuras críticas. Al respecto, en Junio pasado, el presidente Biden promulgó directivas para expandir la Ley de Iniciativa Nacional Cuántica elaborada en 2018. Esa orden ejecutiva estableció una comisión de asesoramiento a la Casa Blanca sobre el programa de Iniciativa Nacional Cuántica para la Seguridad Nacional y brindó a Estados Unidos amplio liderazgo mundial en materia de tecnología cuántica, lo que coloca al país muy por encima de la gran mayoría en la neutralización de riesgos de seguridad de sistemas criptográficos que protegen la infraestructura crítica y las comunicaciones militares y civiles seguras.
Así las cosas, más allá de la crisis en curso y la gravedad que ha encarnado la reacción militar china manifestada mediante el lanzamiento de misiles al Mar en torno de Taiwán, la Casa Blanca es optimista y tanto el presidente Biden como sus asesores en materia militar creen que habrá dialogo para evitar que este tipo de acciones puedan repetirse. No obstante, el salón Oval sí ha mostrado preocupación y advirtió que los ataques a sus sistemas y computadoras podría poner en peligro las comunicaciones civiles y militares y socavar los sistemas de supervisión y control de infraestructura de seguridad para la mayoría de las transacciones financieras basadas en Internet, de allí que los expertos recibieron la orden de enfocarse plenamente en la amenaza.
La supremacía cuántica es un punto de inflexión tecnológico para Washington que marca un antes y un después, disponer de la velocidad y el poder computacional que esa tecnología ofrece supera a las computadoras y los sistemas clásicos brindando un escudo de defensa vital para la seguridad nacional estadounidense. Esa tecnología tiene el potencial para estimular el avance de la economía de Estados Unidos, apoyar la investigación en bioingeniería, inteligencia artificial, análisis del mercado financiero y la inteligencia militar y estratégica contra sus enemigos.
A mediados de 2021, un programa modelo de IBM colaboró con Alemania para que se convierta en el primer país de la Unión Europea (UE) en desarrollar una computadora con sistema cuántico y el programa estadounidense considera ayudar a sus aliados a desarrollar y establecer los sistemas cuánticos en Canadá, Corea del Sur y los países Arabes del Consejo de Cooperación del Golfo (CCPG) para finales de 2022.
Por el lado de China y Rusia, ambos se encuentran en camino a convertirse en líderes en tecnología computacional de avanzada pero su programa en tecnología cuántica no estaría activo hasta el año 2029, lo que coloca a Estados Unidos y sus aliados en amplia superioridad en la materia y amplificaría su potencial en cualquier tipo de conflicto a corto o mediano plazo.
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