Ante la fuerte presión de la gente, el superintendente escolar de Uvalde recomendó el miércoles el despido del jefe policial distrital, quien ha sido culpado por la respuesta fallida al tiroteo en la escuela primaria en Texas en el que murieron 19 niños y dos maestras el pasado 24 de mayo.
La junta escolar de esta ciudad del sur de Texas analizará el despido del jefe Pete Arredondo durante una reunión especial el sábado. Funcionarios de Texas han acusado a Arredondo de cometer varios errores cruciales durante la masacre en la Escuela Primaria Robb.
Hasta ahora los funcionarios escolares habían rechazado los reclamos de despedir a Arredondo, pero los miembros de la junta escolar fueron criticados duramente durante tres horas el lunes por el público, que los acusó de no tomar medidas elementales de seguridad en Robb, de no ser trasparentes acerca de lo sucedido y de no obligar a Arredondo a rendir cuentas.
Frente a los padres que le reclamaban a gritos el despido de Arredondo y amenazas de que el siguiente despedido sería él, el superintendente Hal Harrell dijo que el jefe policial era un empleado bajo contrato al que no se podía despedir a voluntad. En la reunión del próximo sábado, la junta analizará con su abogado la posibilidad del despido.
Arredondo, que está bajo licencia desde el 22 de junio, ha sido fustigado desde la masacre, sobre todo por no ordenar a los agentes que entraran inmediatamente en el aula donde un hombre de 18 años perpetró el ataque.
Aunque casi 400 agentes de diversos organismos policiales participaron del operativo que tardó más de una hora en enfrentar y abatir al autor de la masacre, Arredondo es apenas uno de los dos, que se sepa, que han sido amonestados.
Su abogado no respondió por el momento peticiones de comentarios.
La decisión de despedir al jefe se produce tras la publicación de un informe de 80 páginas elaborado por un comité de la Cámara de Representantes de Texas, en el que se culpaba a todos los niveles de las fuerzas del orden de una respuesta lenta y caótica. El informe encontró que 376 agentes policiales se concentraron en la escuela, de los cuales más de la mitad pertenecían a agencias estatales y federales, pero que “no se adhirieron a su entrenamiento de tirador activo, y no dieron prioridad a salvar vidas inocentes sobre su propia seguridad”.
Según la comisión, Arredondo dijo a los legisladores que él no se consideraba el comandante a cargo durante la crisis y que su prioridad era proteger a los niños en otras aulas. El informe dice que esa decisión fue un “error terrible y trágico”.
Por Jake Bleiberg (Associated Press)
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