En el acuerdo preliminar entre Elon Musk y Twitter por la compra de la red social hay una cláusula que establece que deshacer el contrato conlleva una multa de mil millones de dólares. Pero la cuestión no es tan sencilla como simplemente pagar esa multa.
Ahora estos detalles vuelven a ser importantes luego de que Musk comunicara este viernes al regulador busátil de EEUU que cancela la compra, que anuncio el pasado abril por 44.000 millones de dólares, debido a una supuesta “ruptura” en el acuerdo por parte de compañía tecnológica.
En un documento remitido por los abogados de Musk al departamento legal de Twitter y publicado por la Comisión del Mercado de Valores de EEUU (SEC, en inglés), el multimillonario alega que la tecnológica hizo declaraciones “falsas y engañosas” al firmar el acuerdo y que no le ha facilitado la información que necesita.
¿Qué sucederá ahora?
Al momento del acuerdo de compra, se conoció la existencia de la clausula de los mil millones de dólares, pero eso no quiere decir que Twitter no pueda demandar a Musk por incumplimiento de contrato si es que este se arrepiente de la compra, y esto podría costarle muchos miles de millones de dólares al hombre más rico del mundo.
Musk pudiera desvincularse de la negociación pagando la multi-millonaria multa si hubiera una razón externa que no permitiera la venta de la empresa, como las dudas financieras de una tercera parte o un problema regulatorio. Pero si el acuerdo se deshace por dudas de Musk, Twitter tiene lugar para demandar.
Si Musk decidiera que el precio que está pagando por Twitter es excesivo, Twitter pudiera seguir los pasos de lo realizado en 2020 por la marca de joyas Tiffany cuando demandó a la empresa líder del mercado del lujo, el conglomerado LVMH, que intentó salirse del acuerdo de compra de la gigante de las joyas. En última instancia LVMH terminó comprando Tiffany, pero por un precio menor al originalmente acordado. Pagaron 15.800 millones de dólares, en lugar de los 16.200 millones de dólares del acuerdo inicial.
Justamente este es el ejemplo que está haciendo a muchos pensar que la jugada de Musk no pasa por no querer comprar Twitter, sino que puede estar intentando pagar un mejor precio. Cuando en mayo Musk dejó en suspenso el acuerdo, las acciones de Twitter cayeron un 8%.
El multimillonario matizó luego su anuncio al decir que aún seguía “comprometido” con la compra de la red social, sin dar mayores detalles.
Si bien Musk siempre ha sido escéptico a las fluctuaciones del mercado y asegura no estar tan preocupado en el precio, para este negocio está buscando inversión externa que disminuya su apuesta en Twitter. Bajar el precio hace que el negocio sea más atractivo para los inversores.
El valor perdido por Twitter desde el 25 de abril es de, al menos, 9 mil millones de dólares.
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