Estados Unidos volvió a escribir una página memorable en su historia el jueves cuando Ketanji Brown Jackson prestó juramento como la primera mujer afroamericana en servir en la Corte Suprema. Hasta ahora, en la Corte sólo habían ejercido dos hombres afroamericanos.
El nombramiento de esta mujer de 51 años por parte del presidente demócrata Joe Biden significa que los hombres blancos ya no son mayoría en el máximo tribunal del país por primera vez en 233 años.
Si bien su confirmación es un hito, esto no cambiará la mayoría conservadora de 6 magistrados contra 3 de tono progresista en la Corte, impuesta durante el mando anterior del magnate republicano Donald Trump (2017-2021).
La Corte viene siendo duramente criticada por sus últimos fallos, que amplían el derecho de civiles a portar armas, eliminan el derecho libre al aborto en el país y limitan el poder del gobierno para frenar los gases de efecto invernadero.
“Al ocupar la jueza Ketanji Brown Jackson su puesto en la Corte Suprema, nuestra nación da un paso histórico hacia la realización de nuestros más altos ideales”, subrayó Nancy Pelosi, la jefa de bancada demócrata en la Cámara de Representantes (Baja) del Congreso, en un comunicado.
“En medio del cruel ataque de este tribunal a la salud, la libertad y la seguridad de los estadounidenses, ella será una fuerza muy necesaria para la igualdad d todos ante la justicia”, expresó.
Jackson asume al obtener el apoyo de tres republicanos del Senado durante un proceso de confirmación agotador y, en ocasiones, brutal, lo que le dio a Biden una aprobación bipartidista de 53-47 para su primer candidato a la Corte Suprema.
El nombramiento presenta una oportunidad para que el gobierno Biden se recupere de una serie de malas noticias en los últimos meses, con las calificaciones de las encuestas que dejan al presidente languideciendo por debajo del 40% en medio de una inflación galopante antes de las elecciones de mitad de período en noviembre.
Crucialmente, le ha permitido a Biden mostrarles a los votantes afroamericanos que rescataron su tambaleante campaña primaria de 2020 que él puede cumplir con ellos.
Quién es Ketanji Brown Jackson
La jueza Ketanji Brown Jackson reconoce que su trayectoria es “ligeramente diferente” a la de sus colegas, y no solo por ser negra, sino porque durante un tiempo defendió como abogada a acusados sin recursos.
Además de ser la primera mujer afroamericana de la institución, también es una de las pocas en tener una experiencia profesional en el sistema penal. La mayoría de los jueces de este nivel han destacado como fiscales, pero en su caso, defendió durante dos años a los acusados como abogada de oficio en Washington.
Le “impactó” su desconocimiento de la ley y en cuanto fue jueza se esmeró en explicar sus decisiones a los condenados.
Y las consecuencias del sistema judicial las conoce de cerca: uno de sus tíos fue condenado a cadena perpetua en 1989 en virtud de una ley muy represiva que automáticamente imponía cadena perpetua tras tres delitos contra las leyes de estupefacientes.
Aunque no mantenía una relación estrecha con él, “esta experiencia familiar le hizo tomar conciencia del impacto de la ley en la vida de las personas”, contó al Washington Post un amigo suyo que pidió el anonimato.
Ketanji Brown Jackson tuvo una infancia muy estable en una familia de profesores en Florida. Su padre retomó sus estudios de derecho y se convirtió en abogado en una junta escolar, mientras que su madre ascendió al rango de directora.
Durante sus estudios de secundaria ganó concursos de elocuencia y más tarde estudió en la prestigiosa universidad de Harvard, en la que se graduó con notas excelentes.
Luego alternó las experiencias profesionales en el sector público y privado.
Trabajó como asistente del juez progresista de la Corte Suprema Stephen Breyer, a quien ahora reemplazará. Y ejerció en bufetes de abogados pero también en la Comisión de Penas, una agencia independiente encargada de armonizar la política penal en Estados Unidos.
En 2013 el presidente demócrata Barack Obama la nombró jueza federal en Washington.
Está casada con un cirujano, con quien tiene dos hijas, y es pariente política del ex presidente republicano de la Cámara de Representantes Paul Ryan, quien alaba su “inteligencia, personalidad e integridad”.
Nada más llegar a la Casa Blanca, Joe Biden la nombró miembro de la influyente Corte Federal de Apelaciones de Washington, considerada un trampolín para la Corte Suprema.
Con información de AFP y EFE
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