El forense que respondió al tiroteo masivo en la escuela en Uvalde, Texas (EEUU), se sinceró sobre el minucioso proceso de identificación de los pequeños cuerpos y lo que sucedió con el cuerpo del tirador.
Eulalio “Lalo” Díaz Jr, juez de paz del pueblo y médico forense de facto, estaba de guardia cuando Salvador Ramos asesinó a 19 niños y dos maestros en la Escuela Primaria Robb el 24 de mayo.
“Ahí es cuando me dicen que hay de 16 a 17 víctimas y la mayoría de ellas son niños y eso, por supuesto, no es lo que quería escuchar”, dijo Díaz a The Sun en Estados Unidos.
“No sabía cómo iba a ser la escena, pero sabía que los niños no tendrían identificaciones ni tarjetas de identificación, por lo que no conoceríamos quienes eran estos niños hasta que no hicieramos las evaluaciones de procedimiento”, agregó.
Para ayudar en el proceso impactante y horroroso, el forense llamó al médico forense del condado de Bexar en San Antonio antes de que entrara al salón de clases donde los estudiantes y maestros fueron asesinados.
Díaz y el otro oficial luego pasaron por la ardua y desgarradora tarea de tratar de identificar los cuerpos usando fotografías y descripciones de las víctimas.
“Prácticamente fuimos persona por persona, víctima por víctima, con fotos, solo tratando de asegurarnos de que esta persona coincidiera con la descripción, y pudimos borrar todos los nombres”, dijo al medio de comunicación.
Díaz dijo que también decidió proteger a las familias devastadas del cuerpo del tirador trastornado. “También tuvimos que manejarlo, por lo que fue separado de las víctimas inmediatamente allí en el lugar y fue el último en irse”, dijo.
“Me aseguré de firmar la orden para las víctimas, las envié primero a la oficina del médico forense. Firmé una orden separada para él. No se fue hasta que se fueron todas las víctimas”, agregó.
“Él (tirador) no sería enviado al médico forense hasta que todas las víctimas estuvieran de vuelta en Uvalde. Una vez que todas las víctimas fueron devueltas a Uvalde, lo enviamos a la oficina del médico forense”, explicó Díaz.
Mientras tanto, los restos de Ramos, el tirador, están recluidos en un condado no revelado.
“Hasta ahora, la familia todavía no me ha dado instrucciones, pero una vez que lo hagan, lo entregaré a la familia y firmaré una orden que permita a la morgue que lo retiene y lo entregue a la funeraria que va a manejar al tirador”, explicó el funcionario.
“En primer lugar, todo el pueblo está conmocionado por lo que le sucedió a nuestra comunidad y, en segundo lugar, pregunta: ‘¿Qué pasó?’”, agregó Díaz. “Esa es la pregunta en la mente de todos. Con suerte, podrán obtener algunas respuestas pronto”.
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