Una de las consecuencias de la pandemia más tangible aún en los Estados Unidos es la falta de personal. Es común ver carteles en restaurantes de todo el país solicitando empleados, o ver que hay problemas en la cadena de distribución por la falta de camioneros.
Pero ante la inminente llegada del verano evidencia un nuevo problema: la falta de salvavidas en casi todo el país. Ahora, con el fin de semana largo de Memorial (considerado como el inicio no oficial de la temporada de verano), algunas ciudades en el país han tomado la decisión de no abrir las piscinas públicas -o limitar sus horas de operación-, así como elevar el nivel de alerta en playas, por no tener suficientes salvavidas controlando las aguas.
La Asociación de Salvavidas de los Estados Unidos indicó que entre un tercio y la mitad de las más de 300 mil piscinas públicas que hay en el país verán sus operaciones afectadas.
“Definitivamente tenemos una escasez de personal. Es la peor de la que tengamos registro”, indicó Bernard J. Fisher II, director de salud y seguridad de la Asociación de Salvavidas de los Estados Unidos.
Además de tener menos control en las piscinas públicas y en las playas, la falta de salvavidas se traduce en menos profesores de natación, ya que están certificados para ambas labores. Con menos control y con menos niños aprendiendo a nadar, se teme que el problema pueda ser más severo de lo que se creía en un principio.
Ciudades como Austin, Texas, han decidido no abrir la mitad de las piscinas públicas, al menos hasta mediados de junio, fecha en la que reevaluarán el tema. En un comunicado a la prensa, la municipalidad indicó que hasta ahora solo han logrado contratar a un 30 por ciento de los 750 empleados que necesitaban para tenerlas operando al cien por ciento.
En otras ciudades, como en Phoenix, Arizona, también se mantendrán cerradas la mitad de la piscinas públicas por falta de personal, pese a que ofrecen un incentivo de 2500 dólares extra a los nuevos empleados, por encima del sueldo, para que se incorporen a estos trabajos de verano.
En las playas la situación es aún más compleja. Varias municipalidades han lanzado campañas advirtiendo de la escasez de personal e indicándole a los padres que deben ser ellos responsables de controlar a sus hijos en el mar. En varios lugares se ha disminuido el horario de protección por la falta de salvavidas.
Por ejemplo, en las dos playas de la ciudad de Lewes, en Delaware, las playas directamente no tendrán salvavidas en ningún horario este año, poniendo el cien por ciento de la responsabilidad sobre los padres.
“No estamos en condiciones de vigilar la playa con seguridad. Los padres que lleven a sus hijos a la playa deben asegurarse de vigilarlos y saber que sus ojos son los que deben estar sobre los niños”, afirmaba Ann Marie Townshend, administradora municipal de Lewes.
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